Érathis

lunes, 6 de diciembre de 2010

Nos mudamos...síganos en blog.erathis.com

Con el fin de facilitar el acceso a nuestros artículos, hemos rediseñado el blog de Erathis. A partir de ahora podrán seguirnos en: http://blog.erathis.com/ o ingresar a nuestra web: www.erathis.com y hacer clic en el enlace "nuestro blog". En esta dirección, si lo desea, usted podrá suscribirse, de manera gratuita, ingresando su dirección de correo electrónico, lo que le permitirá recibir los nuevos artículos de forma automática, en su buzón de correo.

Cordialmente,

Martín Alcandré

jueves, 2 de diciembre de 2010

Quiero emprender... pero no me decido

Quién no ha soñado trabajar en una gran empresa, vistiendo un buen traje, un lindo auto, tener tu propio estacionamiento con cargo y nombre incluido, que todos se ruboricen cuando te saludan, sentarte en una oficina con una vista panorámica... en fin podría dedicar todo el artículo a repasar los sueños de muchos. Volviendo a realidad... si, a esa donde no eres el jefe, sino que dependes de su capacidad, de su buen humor, de su formación que incluye el trato por supuesto, las cosas no son tan sencillas como parecen. Recuerdo haberme preguntado más de una vez, cuando trabajaba para una empresa ¿hasta cuando voy a seguir soportando las inconsistencias de la empresa, de mi jefe?

Como toda relación, por lo general comienza con mucha ilusión, luego en la convivencia empiezas a detectar aspectos que no conocías, tratas de poner de tu parte para adaptarte a la nueva realidad, sin embargo no es suficiente. En una organización se busca alinear los comportamientos y valores personales para lograr un verdadero compromiso y para ello se requiere de líderes capaces de motivar y lograr que las personas confíen en si mismas... !menuda tarea! Ya había hecho mención al libro de Covey "El factor Confianza" sobre el impacto que tiene ésta, en los costos y la rapidez.

Como muchos que decidieron emprender, decidí hacerlo, cansado de la rutina y las injusticias que vivía día a día en la empresa, en la que estuve por espacio de cinco años. Ingresé con gran ilusión, como cuando te enamoras de alguien, luego dentro, empecé a descubrir que no era como yo pensaba (gran desilusión). Estoy seguro que muchas de las personas de éxito que admiramos, pasaron por algo similar en algún pasaje de su vida. Llega un momento en que dices hasta aquí nomás! la siguiente pregunta es ¿Y ahora que hago? luego piensas ¿Qué sé hacer?, te armas de valor y tomas la decisión de "romper las cadenas". En mi caso trabajé en una organización dedicada a la capacitación, aprendí mucho en ella, pero nunca me dieron la oportunidad de dictar una sesión, sabía que en algún momento llegaría aunque no fuera ahí claro está.

Cuando decidí dejar esa organización, como era lógico tenia temor de lanzarme a una aventura, estando casado y con dos hijos pequeños. Formé una empresa de capacitación que funcionó durante dos años y me dio la oportunidad de empezar a capacitar. Nunca olvidaré cuando en mi primera sesión, tenia al frente 80 personas con muchas expectativas sobre mi actuación, sentía que me temblaban las piernas y la voz, sin embargo respiraba fuerte y me armaba de valor para salir adelante. ¿Quien no ha sentido este temor la primera vez?

A diferencia de trabajar para otros, sentía que amaba lo que hacía, que eso era lo quería ser, un facilitador. Al tener claro esto, me propuse como estrategia aprender nuevas metodologías de aprendizaje, tenía que diferenciarme, de lo contrario, me verían como más de lo mismo. Luego de dos años, tomé la decisión de concluir con esa primera empresa y formar una nueva, con un estilo más dinámico y de mayor impacto. No niego que fue duro al principio pero a base de esfuerzo y perseverancia hemos logrado ingresar y diferenciarnos en un mercado donde cada día surge una nueva consultora.

No ha sido mi intención aburrirlos con esta parte de la historia de mi vida, pero sentía la necesidad de dar una señal, un mensaje a aquellas personas que están atravesando por la incertidumbre de este trance y no se deciden a dar el paso. Si se deciden, no duden que pasarán por este ciclo:
Alegría, entusiasmo al inicio, luego preocupación porque no ves resultados inmediatos. No hay jefes diciéndote que hay que hacer... el jefe eres tu mismo (peor aun), no hay horarios establecidos, tu familia se impacienta porque te ven cada día menos, tus amigos te dicen que estás medio loco, que mejor dejes eso y vuelvas a emplearte, noches sin dormir, porque no sabes como pagarás las cuentas y obligaciones domésticas... pero no todo es gris, también sentirás que creces, que maduras con los "golpes" que ayudas a muchas personas, que las empresas comienzan a valorar tu trabajo, no te sientes maltratado por ningún jefe incompetente, en otras palabras ganaste credibilidad y por ende confianza en ti mismo y en los demás.

Gracias a todos estos factores que he comentado, he podido viajar a capacitarme, conocer mucha gente, influir positivamente en las personas, ayudar a las empresas a lograr sus objetivos, ahora escribo en mi blog y muchas otras cosas más. Todo llega en su momento, pero ¡debes hacer que las cosas sucedan!. No quiero hablar de éxito, solo de constancia y humildad. Siempre les digo a los participantes en mis talleres que no dejen de soñar y que se esfuercen día a día para alcanzarlos... si no estás dispuesto a asumir el rigor de emprender un empresa, sugiero que lo pienses bien, pero si realmente quieres dejar huella en este mundo, te lo recomiendo... y me encantaría decirte ¡bienvenido a esta aventura!

Hasta la próxima!


martes, 23 de noviembre de 2010

El valor de la confianza

Siempre he sabido que la confianza tiene un valor incalculable y seguro que todos opinamos lo mismo, sin embargo tras leer el libro de Stephen M. R. Covey, me puse a pensar con mayor detalle si realmente se puede valorar en su real dimensión.

Recuerda usted por ejemplo ¿Cuánto cambió la vida en los aeropuertos, después del atentado del 11 de setiembre? se lo voy a recordar... Antes necesitábamos media hora para poder hacer el chek-in y abordar en vuelos nacionales y 1 hora para vuelos internacionales. Ahora se requieren 2 y 3 horas respectivamente, ¿Qué pasó? resulta que la desconfianza generó que tengan que revisarte de pies a cabeza (solo falta que te hagan una resonancia magnética), hay una lista de artículos prohibidos, pasas por detectores de metales, te quitan los zapatos, existe más personal de seguridad, etc, etc. En su libro el factor de confianza Covey explica como a mayor confianza, existe mayor rapidez y se genera menor costo y a menor confianza, menor rapidez y mayor costo... haga la prueba y analice cualquier situación y dígame si no es cierto.

¿Se puede confiar en una persona que desconfía de sí misma? de plano que no. Según Covey, existen dos factores claves para confiar en una persona: el carácter y la competencia y lo explicaremos más adelante. La confianza personal tiene que ver con la credibilidad, con el desarrollo de la integridad, la resolución, las capacidades y los resultados. Plantea dos preguntas fundamentales: ¿ Confío en mí mismo? y ¿Soy una persona en la que los demás pueden confiar? Pongamos un ejemplo. Supongamos que me propongo levantarme más temprano porque estoy llegando tarde a las reuniones con mis clientes, entonces decido programar el despertador 15 minutos antes de lo acostumbrado... hasta ahí todo muy bien. Pero que pasa si cuando suena no le hago caso y sigo levantándome a la misma hora una y otra vez... acaso ¿no genera este hecho desconfianza en uno mismo? ¿no me sigo engañando a mi mismo? Bien lo dice Jack Welch, de General Electric "Lograr que los demás confíen en sí mismos constituye una parte muy importante del liderazgo". Personalmente, esta es la definición que describe mejor esta competencia, algo escasa en muchas organizaciones, por cierto .

Volviendo a los dos factores claves, antes mencionados, es verdad que para confiar en una persona lo primero que evaluamos es su integridad (hacer lo que dices) esto es un gran paso, no obstante, puede resultar insuficiente, para delegarle una responsabilidad, si no cuenta con la competencia que se requiere. Para simplificarlo... si usted confía mucho en una amigo de toda la vida, no dudo que podría prestarle su auto recién comprado, pero si él no sabe conducir (no tiene la habilidad) difícilmente lo haría, a pesar de lo integro que pudiera ser. Covey señala que existen cuatro focos de credibilidad: 1)Integridad, 2) intenciones, ambos ligados al caracter y 3) capacidades y 4) resultados, vinculados a la competencia.

El tema es muy amplio y prometo desarrollarlo en un próximo artículo, lo que pretendo es que reflexionemos sobre éste valor, en el contexto que deseen. Piense en el impacto que podría tener en los resultados de una empresa si lo tenemos en cuenta, en la relación de una pareja, con un amigo. No olvidemos que todo empieza con uno mismo y lo que proyectemos para lograr una buena relación, en el plano laboral las empresas que prevalecen en el mercado son aquellas que han logrado consolidar una imagen basada en la confianza (por el comportamiento de sus líderes, por sus resultados). Difícil olvidar lo contrario, cuando nos referimos a Enron Corporation por ejemplo.

Vivimos obsesionados por conseguir resultados. Sin embargo, el precio que se paga puede ser muy alto. Muchas veces es preferible sacrificar el triunfo de hoy por la integridad y la credibilidad. Eso sucedió con el tenista Andy Roddick cuando perdió un encuentro al reconocer que la bola que lanzó su rival, el español Fernando Verdasco había ingresado dentro del campo y no fuera como la cobró el juez. Roddick insistió con el juez y fue aceptada aunque finalmente le costara el encuentro. Sin duda que un hecho como ese dice mucho de este deportista y dudo mucho que su credibilidad será puesta en tela de juicio, después de un acto como ese.

Cierro con una frase de Warren Buffett, director general de Bekshire Hathaway, "Busco tres cosas a la hora de contratar a una persona. La primera es la integridad, la segunda es la inteligencia y la tercera un gran nivel de energía. Pero si no tienes la primera las otras dos acaban matándote"

Ah!... me olvidaba darle las gracias por la confianza... al leer este artículo.

Hasta la próxima!


lunes, 15 de noviembre de 2010

La libertad en los Jóvenes

Estaba preparando el contenido de una charla que debo realizar para el salón de clases donde estudia mi hijo mayor, el tema es "La libertad y la sana diversión". Una de las características de ser facilitador consiste en traducir todo el conocimiento posible, en darle una aplicación práctica de manera casi inmediata a los participantes. No se trata de imponerles lo que yo pienso, sino que ellos descubran, con mi ayuda ¿donde se encuentran? ¿Qué forma de vida han elegido para llegar a donde se proponen?

Hablando del tema de la libertad, un concepto muy manoseado y tergiversado en esta época, considero de vital importancia que los jóvenes tomen consciencia de este preciado don que tenemos los seres humanos. Seguro habrán escuchado hablar de la historia del árbol de bambú chino, que tiene la particular característica, de ser el árbol más alto del planeta, eso no tendría nada de extraordinario, si dejamos de lado que luego de sembrar una semilla, se deben esperar siete años, para que empiece a crecer. Al término del séptimo año y durante un mes el bambú chino puede crecer hasta 32 metros de altura. La pregunta es ¿el bambú creció en un mes o en siete años? La respuesta es que durante siete años fueron creciendo sus raíces, de tal forma que pueda soportar semejante altura. A diferencia del roble, el bambú tiene la capacidad de crecer aun a pesar de que se le corte el tallo. En el caso del roble, si se le corta el tallo, simplemente deja de crecer.

Si llevamos esta historia extraordinaria a nuestras vidas, ocurre que existe en los jóvenes una presión por crecer, por conocerlo todo, por experimentar sin tener en cuenta tiempo y lugar. El problema está en que si crecen sin tener buenas raíces (formación) no resistirán el menor "soplo" y terminarán cayendo una y otra vez.

La libertad no significa hacer lo que quiero sino lo que debo. Existe diferencia entre elegir un vida buena y una buena vida. La primera exige un buen uso de mi libertad, la otra está más ligada a la falta de autocontrol y terminar como un barco a la deriva. Como padres debemos esforzarnos ayudar a nuestros hijos a que tengan raíces fuertes y ello implica darle nuestro tiempo para formarlos en valores. Solo de está forma podemos tener la esperanza de que puedan soportar cualquier "tempestad" que se presente. Necesitamos ejercer el rol de líderes con nuestros hijos y ayudarlos a generar en ellos autoconfianza.

Todos hemos sido jóvenes y hemos cometido errores por querer correr sin haber caminando antes, es parte del aprendizaje de la vida. Ahora como padres queremos evitarles a nuestros hijos que cometan los mismos errores o asuman otros. Lamentablemente los consejos de los padres no siempre gozan de credibilidad y menos cuando suenan a "sermón del día." Los jóvenes de hoy quieren sentirse "libres" yo diría "independientes". No es raro ver la escena del hijo que vuelve avergonzado por no haber escuchado en su momento algún consejo que le pudo haber evitado un gran dolor de cabeza o más grave aun si se lo causó a otra persona.

Bueno... he compartido algo de lo que hablaré a esos jóvenes que me mirarán seguro algo escépticos al inicio, seguro dirán "ya vino ese tío a darnos otro sermón más". Lo que no saben es que el aprendizaje que les voy a proponer lo van a construir ellos mismos, usando todos los recursos que exigen los procesos de hoy en día... Tal vez me animo y les escribo que pasó luego.

Hasta la próxima!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El servicio al cliente... visto desde un Café!

Me encuentro sentado en una de las mesas de un Starbucks Coffee, haciendo tiempo para acudir a una reunión de negocios. Es asombroso como ha cambiado la vida, el ritmo acelerado que llevamos, nos ha obligado a reemplazar muchas creencias y hábitos a los que estábamos acostumbrados. Hace algunos años era impensable estar atendiendo asuntos de la empresa en un café y menos escribir un artículo para lanzarlo en ese mismo instante.

Observo a mi alrededor una mezcla de generaciones. Por un lado dos chicas de unos 20 años conversando, una de ellas, hablando muy fuerte por celular, preocupada por la entrevista de trabajo que acaba de tener. Del otro lado un grupo de jóvenes, todos luciendo sus Mac book, viendo temas de diseño y reunidos en torno a una mesa (café incluido), como si fuera el directorio de una empresa. Al frente mío, una pareja de jóvenes, con rasgos orientales hablando en japonés me parece. Cerca también dos señoras que pasan los 60 años, tomándose un café listas para salir del local. También hay señores con perfil de ejecutivos que entran y salen con un café en la mano. Reconozco alguno de ellos, no es la primera vez que los veo por acá. Cuanta diversidad... estoy casi seguro que usted se han podido imaginar la escena o le he recordado alguna experiencia similar.

Hago esta descripción, pesando en la diversidad de clientes que tiene este café. No voy a redundar en los logros que ha alcanzado esta marca. Tal vez una de las claves de su éxito, es conocer a sus clientes, sin hacer distingo de edades, sexo y creencias. Las personas que atienden son jóvenes, probablemente universitarios, quienes no dejan de sonreír y llamarte por tu nombre. Me siento cómodo escribiendo desde acá, tengo música de fondo agradable, agua para beber, en suma me siento bien. Pensaba ¿No es esto acaso lo que desea un cliente cuando toma los servicios de una empresa? sentirse bien, reconocido, con ganas de regresar en cualquier momento y a cualquier hora. La pregunta es ¿Cuánto pesa en la calidad del servicio, ver a través de los ojos de tu cliente? la respuesta es obvia, mucho. Es triste ver como las empresas que no están orientadas al cliente pierden oportunidades, por no preocuparse en conocerlos mejor y caen en la soberbia de querer saberlo todo.

Si revisamos los momentos de verdad, es decir los puntos de contacto que tuve hoy con la empresa, durante un ciclo de servicio, diría que fueron muy buenos:
  • Estacionamiento para mi auto
  • Una persona de Valet Parking atendiéndome
  • Las personas que tomaron el pedido, fueron amables
  • El café estuvo bien
  • El servicio Wi Fi estuvo muy bueno.
  • Los servicios higiénicos, impecables
  • La música apropiada
...En suma una grata experiencia!

Cada día que pasa, no dejo de pensar en las necesidades de mis cliente, en los cambios de expectativas que pueden suceder de un día a otro. Atrás quedaron los días en que la norma nos daba cierta tranquilidad y pasividad a la vez, hoy la norma es el cambio constante, que te obliga a ser más creativo e innovador y no conformarte con el "éxito". para manejar los cambios, debemos estar en un permanente estado de urgencia, como señala Kotter, no podemos bajar los brazos y caer en la autocomplacencia, menos si hay en frente un cliente que tiene alternativas de sobra en el mercado para satisfacer sus necesidades.

Bueno, es hora de dejar este café y seguir haciendo realidad mi visión. Estoy seguro que regresaré en cualquier momento y me provocará seguir comentando las bondades de un buen servicio. No dudo que cuando beba nuevamente un sorbo de café, será inevitable recordar (anclar) esta agradable experiencia... de eso se trata finalmente.

Hasta la próxima!

viernes, 5 de noviembre de 2010

Cambiar los comportamientos... el gran reto de la capacitación

Una de las grandes incógnitas que tienen las empresas, al momento de decidir tomar un programa de capacitación de desarrollo de habilidades, es si éste podrá realmente cambiar el comportamiento de las personas que participan en él. Llevo en el mundo de la capacitación poco más de 12 años y a pesar de lo mucho que han evolucionado las metodologías de aprendizaje, sigo pensando que si no se convence a la "cabeza" de la empresa sobre la necesidad de cambiar algunos comportamientos, empezando por él, lo digo con todo respeto, es mejor que se ahorre el dinero y la "fatiga".

Son contadas las organizaciones que ven la capacitación como un proceso de cambio de comportamientos a largo plazo. En muchos casos, buscan a consultoras que les faciliten las "recetas médicas" para curar al "enfermo". Si nos referimos al típico caso de la relación entre el paciente y el médico, sería algo así como: "Tengo una molestia en la espalda, pero no encuentro el momento para ir al médico (o sea, no quiero ir al médico)... luego de tanta insistencia de la familia (usualmente la esposa)... decide visitarlo. No obstante, lo único que desea en el fondo, es conseguir esa receta, comprar el medicamento y si es posible, no volver a ver al doctor en mucho tiempo. Siguiendo la misma línea, en el escenario empresarial el gerente dice: "tenemos un problema en el clima laboral", el área de recursos humanos sugiere acudir a una consultora para mejorar el clima a través de la capacitación. El gerente no muy convencido, le dice que busquen alguna empresa (que no cobre mucho) para que se haga un taller y con eso debería bastar para se corrija dicho problema... si después del taller no se ven mejoras, entonces el gerente diría algo como esto: "Hemos gastado dinero y ya vez... no hay ningún cambio", no me pidan más capacitación!

Cuando las empresas ven la capacitación de esta forma, el concepto de inversión pierde su valor y toma fuerza el concepto que la capacitación es un gasto. Cambiar comportamientos en las personas no es como sacar y poner el chip al computador o al celular, es un proceso de pasar de un estado a otro ideal y eso requiere de tiempo. Volvamos al caso de la relacion médico - paciente ¿Que sucede cuando una persona se automedica y se trata de curar de esa manera? Lo que puede ocurrir es que termine ingresando por la emergencia de la clínica, luego de un sin fin de pruebas, tendrá que ser internado, etc, etc... El costo de este descuido suele ser muy elevado... para ponerlo en términos médicos, traumático. De igual forma una organización que que capacita con el objetivo de justificar su presupuesto, termina pagando un alto precio.

No se puede negar que existen muchas empresas que cuentan con un equipo de recursos humanos, conformado, además del gerente, por especialistas en selección, inducción, evaluación de desempeño y formación, eso merece una felicitación!. la otra cara de la moneda la representan aquellas empresas que a pesar de su crecimiento económico, siguen teniendo un departamento de personal, con una persona que además de ver planilla y otras prestaciones, se encuentra provisto de extintores y mangueras, para "apagar los incendios" que se generan en el día a día.

La responsabilidad de gestionar a las personas no puede manejarse de esta forma. Las empresas deben tomar conciencia que no será posible que los trabajadores hagan suya la visión, sino existe un adecuado proceso de gestión de competencias. No se le puede exigir a un empleado que sea creativo y trabaje en equipo, si nunca fue capacitado en desarrollo de habilidades. Hace poco me comentaba un participante que un gerente amenazó a un colaborador con enviarlo a capacitar, porque estaba trabajando mal... como si se tratara de ir a la cámara de torturas, por portarse mal!... !Como para no creerlo!

Puedo confesar, que amo mi trabajo de facilitador, tengo clara cual es mi misión: ayudar a las personas a ser mejores, ayudar a las empresas a crecer. Cada vez que preparo una sesión de capacitación trato de dar lo mejor, pensando en las personas y sus expectativas. No siempre todo es color de rosa y eso ocurre en las "mejores familias". Por lo general, son muchos los participantes que acuden a un taller, por obligación más que por convicción... hay excepciones por supuesto. Cuando viajo al interior de país, en muchos casos me toca facilitar un fin de semana y ello inevitablemente genera malestar en los participantes, ya que estoy invadiendo sus días de descanso, en otras palabras me toca a bailar con la más fea". Por suerte la metodología experiencial que empleamos nos permite "capear el temporal" en este tipo de situaciones y siempre logramos terminar la historia con un final feliz.

Cualquier planteamiento de cambio implica la transición de una situación actual a una situación deseada. Según Santiago Lazzati, el comportamiento depende de las competencias de la persona y su motivación específica en determinada circunstancia, a su vez estos factores dependen de ciertas características particulares (inteligencia, personalidad) y según las necesidades del momento que tenga que afrontar. Todos estos elementos tienen la influencia del contexto. En el caso específico de las personas que reciben capacitación, será determinante que al regreso a la oficina, encuentren las condiciones adecuadas; es decir, apoyo y la confianza del jefe, para aplicar lo aprendido, dejando de lado el escepticismo y la creencia que la capacitación es solo más de lo mismo.

Las empresas del futuro, segun john Kotter se caracterizarán por:
  • Un persistente y duradero sentido de urgencia
  • La alta gerencia trabajará en equipo
  • Los líderes reemplazarán a los gerentes
  • Fuerza laboral comprometida
  • Mayor delegación
  • Una estructura más sencilla
  • Voluntad de adaptación e interés por aprender nuevas habilidades
  • Líderes comprometidos con una vida de aprendizaje
No cabe duda que la capacitación cumple y seguirá cumpliendo un rol esencial en el desarrollo empresarial. Las empresas serán inteligentes en la medida que inviertan en el desarrollo de su gente, en que se gestione adecuadamente ese conocimiento y no como se pudiera pensar erróneamente, que deban ese nombre a su correlación con la tecnología.

Hasta la próxima!

viernes, 22 de octubre de 2010

Las Paradojas de la Vida

Me encuentro atravesando uno de los momentos más difíciles... Mi madre se debate entre la vida y la muerte. Esta vez no voy a hablar de mis avatares en el campo empresarial ni de las teorías más importante del management, se trata de una situación real, por la que muchos han pasado o inevitablemente tendrán que atravesar en el algún momento de sus vidas.

He leído y escuchado mucho acerca de lo que significa la muerte. Me gusta la definición que hace la Dra. Elizabeth Kubler Ross en su libro "la muerte un amanecer" cuando expresa que esta experiencia es casi idéntica a la del nacimiento. No puedo negar que me ha ayudado mucho mirar este acontecimiento desde una perspectiva positiva, sin embargo es inevitable sentir el dolor de ver que una persona que amas está a punto de partir a una vida mejor, ya lo viví hace seis años con mi padre.

Me he atrevido a escribir algo tan personal no con la finalidad de que me compadezcan sino de dejar en evidencia un aspecto que estoy seguro también compartirán. Se trata del trance que uno vive cuando ingresas a un hospital o clínica. Parecieran que las personas que ahí trabajan depositaran su corazón en una gaveta al momento de ingresar y lo recogieran al salir, algo así como lo que hacen en algunas empresas para que los empleados no hablen por celular cuando trabajan.

En esta situación crítica por la que mi madre atraviesa, pude experimentar el significado de la indiferencia, tanto en los hospitales públicos como en los privados. En los primeros, los pacientes que ingresan por emergencia, pierden el nombre y su condición de seres humanos y pasan a ser tratados como si fueran paquetes con códigos de barras, con fecha de vencimiento. Me pregunto si las autoridades se atreverían a vivir esta experiencia, como pacientes, para hablar con mayor conocimiento de causa... ¡se lo recomiendo!

En esta difícil experiencia, tuvimos que pasar a mi madre a un clínica... la sacamos "casi al hombro" por el impacto negativo emocional que recibió durante dos noches en el hospital. La ingresamos a una clínica local, de impresionante infraestructura (ganas no me faltan de decir el nombre) coincidió con un día feriado, por la noche. Nos recibieron amablemente con una sonrisa. Esta actitud fue cambiando cuando pasamos al Dpto. de administración... al momento en que exigen el pago de una garantía para poder atender al paciente, nos advirtieron que si no teníamos el dinero en ese momento, tendríamos que volver, con mi madre claro, por donde vinimos, ello implicaba volver al "infierno" de donde la sacamos. Con total frialdad los médicos y personal administrativo nos dieron una hora como máximo para conseguir esa cantidad importante... finalmente se arregló y cubrimos el depósito con la tarjeta de crédito "salvadora". No voy a seguir dando más detalles posteriores, que fueron muchos, para no perder objetividad y la ecuanimidad. Como conclusión y aprendizaje, puedo decir que tanto en los hospitales como en las clínicas (no todos por supuesto) reina la indiferencia, la insensibilidad, unos con la burocracia a cuestas y los otros con "cuello y corbata" que afilan los dientes cuando se pone en riesgo sus ingresos económicos.

Estoy de acuerdo que uno paga más por recibir un buen servicio y que uno sabe hasta donde puede llegar, lo que no comparto es que algunos médicos solo se motiven cuando ven la cola de pacientes que van a atender, como si fueran cajas registradoras de supermercado o aquellos que solo piensan en lo que aprenden por cada "nuevo tumor" que tienen al frente. Estoy seguro que existen profesionales que se formaron con ética y valores, pensando que tratan con seres humanos y entienden la responsabilidad que ello implica.

En momentos como estos me queda la esperanza que las personas que tienen vivos a sus padres, le den lo mejor en vida, no esperen el velorio para querer demostrar lo que no dieron antes, no se trata de dinero, se trata de darle amor, si!... eso es lo que necesitan las personas y más aun cuando viven sus últimos días. Tarde o temprano la vida te pone del otro lado... los médicos algún día se convierten en pacientes, los hijos pasan a ser padres, abuelos, etc. Espero que no se tarde para ponerlo en práctica.

lunes, 4 de octubre de 2010

No soporto más este trabajo...pero

Estoy seguro que la frase que titula este artículo, ha dado vueltas por su cabeza, en más de una oportunidad. ¿Quién no se ha levantado con ganas de renunciar a su trabajo?... y decir simplemente: ¡No aguanto más! !No soporto el abuso y la falta de reconocimiento de la empresa, la indiferencia de mi jefe! ¡Que no me pidan camiseta, primero que se la pongan ellos!

Tal como lo comentaba en el artículo anterior, "Cuando el trabajo se convierte en una prisión", las personas caen en un proceso de "Despido Interior" como lo llama Lotfi EL- Ghandouri, dejan que el tiempo transcurra, sin intentar detener el deterioro que llevan internamente. En una ocasión me sucedió algo similar, trabajaba como supervisor en una planta de producción, era uno de mis primeros trabajos. Me ilusionaba la idea de tener personas bajo mi cargo, de poner en práctica mis conocimientos y aprender todo lo que pudiera. Lamentablemente, tras un inicio motivador, por el buen sueldo que recibía, empecé a sentir que éste no era suficiente para tener que soportar situaciones injustas de abuso de poder.

Cada día que transcurría se hacía más difícil levantarme... del entusiasmo que tenía al inicio, ya no quedaba mucho. Me molestaba ver a los gerentes, unos más incompetentes que los otros, capaces de perjudicar a otra persona, por salvar su "pellejo". El director de la empresa, parecia que disfrutaba ver pelear al gerente de ventas con el de producción, por citar alguno de los casos. Tras una serie de situaciones de ese tipo, lo único que me motivaba era verme lejos de esa empresa. No había día que no pasara por mi cabeza la idea de renunciar, sin embargo los días transcurrían y cuando estaba a punto de hacerlo, ponía el freno, justificándome yo mismo, inventando mil y un razones para no dar ese difícil paso..., ese salto al vacío, que nos provoca temor y nos anuda la garganta.

Hasta que llegó ese día... recuerdo que me levanté muy temprano y lo primero que pensé fue "hasta aquí llegué... no más maltrato, basta de refugiarme en mil excusas... ¡se acabó! llegué a la empresa, con una felicidad camuflada a sabiendas que este sería mi último día y así fue renuncié sin pensar en el precipicio que tenía en frente. Uno de mis compañeros me dijo una frase que no he podido olvidar: "Te felicito por ese coraje que has tenido en ponerle punto final a esto". Me encontré con esa persona después de muchos años, me comentó que se arrepentía de haber permanecido tanto tiempo, en dicha empresa, para que al final fuera despedido sin pena ni gloria.

Tomar una decisión de ese tipo no es tarea fácil lo sabemos, no obstante puedo afirmar que fue una de las mejores decisiones de mi vida. Fue como arrojar al precipicio "la vaca" de Camilo Cruz. Luego de esa experiencia de la cual aprendí mucho, fui encontrando el camino, siempre con obstáculos por supuesto, pero la vida está llena de ellos. Diría que la luz se fue haciendo más visible, a medida que dejé de enfocarme en las cosas externas y empecé un proceso que lo llamaría el "Reencuentro interior", en el que he ido rescatando muchos aspectos que no conocía en mi mismo, aun sigo sorprendiéndome de los resultados que consigo cuando aflora en mi esa pasión... ese amor por mi trabajo. No me cansaré de decirle a las personas a las que tengo ocasión de compartir, que se miren interiormente, que escuchen a su corazón, que la vida no se acaba por dejar un empleo de muchos dólares. Todos tenemos una misión en la vida, solo es cuestión de perseverar hasta identificarla y de ahí no parar hasta alcanzar la visión que nos hemos propuesto. Cuando digamos "No soporto más este trabajo" deseo que ese"pero" lo reemplacen por... "me merezco algo mejor"

Hasta la próxima!

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Cuando el trabajo se convierte en una prisión (I)

Haciendo un repaso de las visitas que realizo frecuentemente a las empresas, encontré que uno de los temas más recurrentes es la desmotivación de los empleados. Esto no tendría que ser una novedad ¿Quién no se ha desmotivado más de una vez? Me quedé pensando mucho en ello; trataba de imaginar que sucede con las personas que pierden compromiso con su empresa, qué es lo que sucede cuando llevas algún tiempo soportando el humor inestable de tu jefe, la bromas crueles de tus compañeros, las políticas de "embudo" (lo ancho para ellos, lo angosto para mi) de la compañía.

En el libro de Lotfi El -Ghandouri, "El despido interior" el autor hace mención a aquella situación en la que sentimos que las cosas no van bien... cuando queremos que el tiempo transcurra rápido... "que sea viernes". Sin embargo tratamos que la vida continúe de manera normal y tratamos de escapar a la incómoda realidad. Nos hacemos preguntas como ¿Qué me está pasando? ¿Yo no soy así? ¿Cómo llegué a esta situación? Recuerdo en una de las empresas donde laboré, haber sentido algo parecido a esto. Lo usual es que ingreses motivado, con ilusiones de dar lo mejor, sin embargo, la suma de situaciones incongruentes, te lleva a disminuir las ganas que le pones al trabajo, tratas de darte ánimos y sin querer, te das cuenta que evades tus responsabilidades, quieres pasar desapercibido. Lotfi señala que esto es el inicio del "Despido Interior"

El despido interior, lo define como la consecuencia de un largo proceso de experiencias negativas, a tal punto que la brecha entre tus expectativas y la realidad, generan dolor, frustración, conflictos que de no ser manejadas a tiempo, puede repercutir negativamente en nuestras vidas. En esos casos, menciona, la persona decide postergar la toma de decisiones poniendo al frente mecanismos de defensa, con ello logra desviar su foco de atención hacía aspectos que le resulten más satisfactorios, rutinas que ayuden a mantener el control de su nivele de ansiedad, resguardándose en su zona de confort... es una resignación interna señala, es como trabajar con el "piloto automático", dejando de lado cualquier rezago de entusiasmo.

Hacía mención a mi experiencia, probablemente sea la de muchos. Recuerdo que todo iba bien al principio, hasta que empecé a ver el verdadero rostro del director, o mejor dicho uno de los rostros que no conocía. Mi proceso de despido interior se fue dando "en caída libre" trataba de mostrar ante los demás que todo marchaba bien, no obstante "la procesión iba por dentro" , intentaba llevar por delante un "escudo invisible" que durante nueve horas de trabajo me permitiera soportar situaciones, por cierto desagradable, con abuso de poder, con personas que se me acercaban diariamente para desfogar su desazón, por el trato recibido. Los que caen en este proceso, no deben ser juzgados como egoístas, desinteresados, que se aprovechan del sistema, menciona el autor.

Otras de las características de este proceso de Despido Interior, es que cuando sientes que la "gota colmó el vaso" y estás a punto de tomar una decisión, surgen en tu mente justificaciones como: "No puedo hacer esto, tengo más de 40 años, quien me va a recibir en otra empresa" o "Tengo hijos que mantener"... lo cierto que estas expresiones se convierten en freno para dejar tanta injusticia e incomodidad.

Las fases del Despido Interior

El Libro explica que existen cuatro fases, que van en caída, en escalera:

  • La entrega: Cuando ingresas a trabajar estás dispuesto a dar el máximo, sin embargo, luego de los primeros días laborales, te enfrentas a un riesgo de caída.
  • El compromiso: Nos limitamos a cumplir lo que dice el contrato, al haber sentido que no se valora nuestra esfuerzo.
  • La participación: En este nivel caemos en la rutina, hacemos lo que nos solicitan, prevalece la reactividad.
  • La retirada: Nos retiramos, nos rebelamos, para "castigar" de esta forma a la empresa. Nos convertimos en víctimas de la situación.
  • La resignación: Sentimos que las cosas no van a cambiar, "Mi jefe será así toda la vida", entramos en una etapa de desilusión, no obstante preferimos mantenernos en la zona de confort, porque el panorama externo, no parece mejor que el que tenemos.
Se trata de un tema que da para mucho más. En este primer artículo, estoy seguro que el lector ha hecho un repaso inevitable por su línea de vida laboral. Los conceptos básicos y situaciones planteadas le ayudará tener una idea más clara de la manera en que, inconscientemente, vamos entrando en una especie de prisión interior, con la cual conviviremos durante el tiempo que nos impongamos como sentencia. En el próximo artículo vamos a mostrarle como si es posible salir de ella, el autor lo denomina como "el rescate" donde haremos una explicación de como pasar del despido interior al despertar interior y a partir de ello, mediante el esfuerzo personal, darle alcances de como salir de dicha" prisión."

Hasta el próximo artículo!

viernes, 10 de septiembre de 2010

La comunicación entre el hombre y la mujer... dos mundos diferentes

No podrán negar que la comunicación es vital en cualquier relación y la descomunicación sigue siendo motivo de conflictos en cualquier escenario, llámese trabajo, hogar, la calle... Se dice que de cada diez problemas nueve se generan por una mala comunicación. Revisando el libro de Allan y Barbara Pease "Porque los hombres no escuchan y las mujeres no entienden los mapas", recordé muchas de las situaciones típicas que se producen en una relación interpersonal y sobre todo entre un hombre y una mujer.

Veamos algunos casos. Cuando una mujer requiere ir a los servicios, por lo general suele buscar la compañía otras mujeres, en ese momento los lavabos pueden convertirse en sala de reuniones sociales o centro de prensa. En el caso del hombre, acude generalmente por una sola razón; difícilmente pide que lo acompañen, ya que podría prestarse a malas interpretaciones. Otra característica es que los hombres se apoderan del control remoto del TV, podría afirmar que se ha convertido ya en una extremidad más de su cuerpo, mientras que para las mujeres puede resultar lo mismo ver la publicidad. Las mujeres critican en los hombres su falta de afecto, su poca comunicación para expresar lo que sienten por ellas. Por su parte los hombres critican la forma de conducir en las mujeres, su falta de orientación en las calles; por hablar demasiado y no ir al "punto". Se dice que una mujer puede encontrar rápidamente las llaves de la casa pero puede tardar una "eternidad" para encontrar el camino corto para llegar a destino.

Algo que he aprendido con los años de matrimonio es que las esposas solo desean que las escuchen, no esperan necesariamente soluciones a sus problemas, porque ya las tienen. Lamentablemente, para ellas, los hombres, somos solucionadores de problemas por excelencia y llevamos "de fabrica" un esquema lineal: problema - solución, causa - efecto. Por ejemplo cuando la esposa te dice "no sé que vestido ponerme para la fiesta del sábado", téngalo por seguro que ella ya escogió el vestido se pondrá.

Cuando llevo a mi esposa al trabajo por las mañanas, el trayecto se convierte en una suerte de terapia móvil, pero aunque no lo crean, en un trayecto de 40 minutos, solo pronuncio a lo sumo cinco palabras. Es ella la que habla mientras que yo solo asiento o muevo la cabeza en señal de respuesta. Sin embargo no puedo negar que eso la hace feliz... y yo me siento muy bien.

Allan y Barba Pease comentan que los hombres se quedan sorprendidos de la capacidad que tienen las mujeres para entrar a una sala llena de gente y poder comentar acerca de cada uno de los invitados rápidamente. Siempre me ha llamado la atención la visión periférica que ellas tienen, para ver lo que nosotros no podemos ver, como si tuvieran "ojos en la nuca". Igualmente se sorprenden que una mujer no pueda ver la luz roja intermitente del aceite en el tablero de control del auto. Una de las situaciones que genera siempre un comentario en mi esposa es cuando logro estacionar en paralelo... por lo general dice:"¿como puedes hacer eso?... que envidia¡"

Un acto considerado de debilidad, para los hombres se produce generalmente, cuando no encuentran la dirección de una calle y deben pedir ayuda a una persona que camina por ahí, de ordinario, seguirán dando vueltas, diciendo frases como: "Creo que es por acá... ya estamos cerca". Si le ocurriera a una mujer es probable que le pregunte a la primera personas que encuentre.

Otra de las situaciones frecuentes que nos diferencian es por ejemplo, cuando los hombres queremos encontrar un par de medias en el cajón o sacar la mantequilla del refrigerador, lo más probable es que no paremos hasta llamar a nuestras esposas para preguntarle "¿Dónde la escondiste?, acto seguido llega ella mira rápidamente y toma el objeto como si tuviera en frente una máquina detectora, de esas que se usan en los aeropuertos.

Se han realizado una serie de investigaciones que tienen su raíz en la época de las cavernas. Los hombres y mujeres desempeñaban tareas distintas. Mientras que ellos cazaban, ellas recolectaban. Los hombres tenían que proteger a la familia y las mujeres se dedicaban a criar a los hijos. Como consecuencia de estas actividades ambos desarrollaron sus cuerpos y cerebros, de manera distinta. Hoy queda más claro que ambos sexos piensan y creen de manera diferente. ello se debe, en muchos casos, a sus percepciones, prioridades y conductas, señalan los esposos Pease.

Cuando un hombre regresa del trabajo, cansado, es común que la esposa le haga preguntas sobre como le fue en el día, la respuesta casi siempre es monosílaba... "Bien o mal". Por el contrario la mujer es capaz de contar todo su día a "colores y en varios idiomas" Otro hecho común se da cuando la esposa te pide ir de compras... en ese momento al esposo le empiezan a temblar las piernas y a sudar frió... a lo mejor te dijo que solo quería comprar un gancho y termina llenando el carro... realmente esa si es una prueba de amor . Seguro le habrá pasado que pasa por una tienda de ropa y su esposa le dice: ¡Qué lindo vestido! y sin inmutarse usted le ha respondido... Sí ¿verdad? ahora sigamos caminando o tal vez la clásica escena: Mi amor ¿tu crees que me veo gorda?... esa pregunta suele ser comprometedora... y ¿Qué creen que espera la esposa como respuesta? ¡No mi cielo, estás hermosa y esbelta!, lamentablemente se escuchan respuestas como: bueno... sí estás subida de peso... mejor deja de comer pan y haz ejercicio... ya se imaginan lo que viene luego.

Los cambios vertiginosos producidos en los últimos años, en el mundo, han ocasionado que los hombres y las mujeres asuman roles diferentes al que tuvieron sus padres probablemente. Hoy ambos deben trabajar, llegar a casa y seguir con las tareas domésticas. Personalmente debo decir que tuve que aprender a trabajar en equipo en la casa, colaborar con mi esposa para tener más tiempo juntos. La responsabilidad de la crianza de los hijos debe ser compartida, por la salud de todos. Los hijos reclaman la atención de ambos... ya no hay escusas.

Es importante aceptar que somos diferentes y no me refiero a que uno sea mejor que el otro. Hombres y mujeres tenemos características particulares y es necesario conocerlas, para tener una mejor relación, ya sea en el trabajo o en la casa. Para terminar cierro con esta sabia frase: ¡Que sería de nosotros sin ellas...!

Hasta la próxima!

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lunes, 30 de agosto de 2010

Y después de la capacitación... ¿Qué?

Llevo ya algunos años en el mundo de la capacitación y debo confesar que siento una motivación especial cada vez que estoy al frente de un grupo de personas. Tardé algunos años, como muchos, en entender y ver con nitidez mis sueños, mis metas . ¿Acaso no sucede que creemos que vamos por el camino correcto y luego sucede algo que cambia el rumbo de nuestras vidas? No hay nada mejor que hacer lo que a uno le gusta, sentir pasión por tu trabajo... eso es lo que marca la pauta. Lo primero que le pregunto a un participante en una sesión es si le gusta lo que hace...

Considero que capacitar es mucho más que pararse al frente de una audiencia y hablar de conceptos y modelos. Ahora las empresas son mucho más conscientes de sus necesidades y de sus presupuestos también. Las áreas de Capital Humano o Recursos Humanos, como aun le llaman, elaboran sus planes de capacitación en función a los objetivos estratégicos y ponen, cada vez mayor énfasis en las competencias que se requieren desarrollar para lograr dichos objetivos. También hay de las otras... que solicitan programas sin tener identificadas sus necesidades y básicamente tratan solo de justificar sus partidas presupuestales.

A través de los programas y talleres que realizó he podido confirmar que el aspecto clave en el aprendizaje se da en el proceso de transferencia, es decir cuando los participantes vuelven a sus oficinas motivados y dispuestos a aplicar lo aprendido. Lamentablemente, por lo general se encuentran con un "muro" en referencia al sistema, representado casi siempre, por sus jefes, quienes los reciben con palabras como: "¡Bueno ya se capacitaron ... ahora guarden sus separatas y a seguir trabajando¡... eso significa ya dejen la teoría que tenemos cosas importantes que hacer.

El retorno de una persona que acaba de recibir una capacitación requiere complementarse, facilitándole las condiciones para que pueda aplicar lo aprendido, esto significa, darle la oportunidad por ejemplo, de replicar, a sus compañeros, a través de una dinámica, diseñar proyectos de mejora que agreguen valor, plantearles retos, desafíos, línea de carrera y todo aquello que contribuya a su desarrollo en la empresa, de lo contrario terminarán frustrándose una vez más.

Con relación al proceso de capacitación, desde el momento en que defino el objetivo, diseño los contenidos, las dinámicas, todo esto genera en mi una emoción tan grande... un verdadero reto. Cuando estoy en frente de los participantes, no se trata de probar que tan bueno puedo ser, ni hacer alarde de conocimientos, de imponer mis ideas. Se trata de entender sus necesidades, sus motivaciones, despertar sus inquietudes. Ahora puedo decir que cualquier aporte que recibo de parte de ellos es un aprendizaje muy valioso que me sirve de mucho para ajustar los contenidos, las dinámicas, etc. Podría decir que he aprendido a hablar menos y escuchar más para proponer mejores alternativas de solución.

Soy consciente que muchas de las personas que asisten a una capacitación, están ahí por muchas razones. Desde los que fueron enviados por sus empresas con amenaza de descuento, hasta los que fueron a recibir un cartón y no dejan de mirar el reloj para que se pase pronto. Por supuesto que hay muchas personas que quieren realmente aprender y dejar de lado sus paradigmas... que bueno ¿verdad? Es frecuente encontrarme con participante desmotivados, escépticos, que llevan la interrogante "tatuada" en la frente, pensando para que han asistido.

La capacitación debe ser entendida como un proceso donde tanto la empresa como el consultor, comparten la responsabilidad de lograr los objetivos. Pretender que un taller solucione todo los problemas es engañarse a si mismo y gastar su dinero, se requiere de un programa sostenido de mediano y largo plazo. Insisto que una cuota mayor de humildad en muchos jefes y gerentes sería un gran paso y reforzaría el concepto de inversión que tiene la capacitación, en la actualidad. Estoy seguro que existen jefes que si apoyan el crecimiento de sus colaboradores y brindan además los espacios y el tiempo que requiere un proceso de aplicación del aprendizaje, ¡felicitaciones por ello!.

Para los que siguen pensando que capacitar es un gasto, espero que no se sorprendan si la tasa de rotación siguen en ascenso, si mañana su mejor trabajador se presenta con la carta de renuncia bajo el brazo. Las personas quieren sentirse respetadas, recuperar su dignidad, formar parte de un proyecto, ser reconocidas en su total dimensión. La soberbia en una de las peores barreras en cualquier comunicación y parece que sigue prevaleciendo en muchos gerentes que no han logrado comprender su verdadero rol en la empresa, que tienen la oportunidad de cumplir su misión; en otras palabras, dejar "huella" en cada paso que dan, no obstante prefieren dejar "cicatrices" en la vida de muchos de sus colaboradores.

Apuesten por capacitar a sus trabajadores y dejen que liberen sus conocimientos, sus experiencias y motivaciones. Es muy gratificante reconocer una empresa que basa su crecimiento en el conocimiento de su gente, en el desarrollo del talento. Por el contrario, es triste seguir viendo organizaciones que siguen creyendo que las personas están ahí solo para trabajar (hacer) y no para pensar.. felizmente son cada vez menos... y de persistir en ello, van camino a la extinción.

Hasta la próxima!

martes, 24 de agosto de 2010

¿Qué pueden esperar los empleados de su empresa?

Uno de los temas que generan mayor controversia dentro de una organización es encontrar el equilibrio perfecto entre lo que debe dar la empresa y lo que deben recibir los empleados. Por lo general, las empresas que se preocupan por satisfacer las necesidades reales de sus trabajadores, encuentran un ambiente propicio para trabajar y pueden esperar rendimientos superiores en ellos. Por su parte las organizaciones que se preocupan más por reducir los costos, congelar las remuneraciones... es decir buscar "más por menos" difícilmente encontraran la respuesta que esperan.

Como lo manifiesta Pablo Ferreiro y Manuel Alcazar en su libro "Gobierno de personas en la empresa" si la empresa exige a un empleado un rendimiento de veinte a cambio de diez, siempre habrá un competidor que quiera ofrecerle doce, lo cual contribuirá a elevar la rotación y reducir las barreras frente a la competencia. He conocido empresas que viven obsesionadas por la rentabilidad del negocio y me parece muy bien que quieran ganar dinero, sin embargo sería bueno que los directivos, se den una vuelta por las oficinas o por la planta para ver los rostros de sus trabajadores y colocar el "termómetro" de la motivación in situ.

Cuando los empleados observan, movimiento en la planta, vendedores que sonríen, nuevas compras de maquinarias, una flota de vehículos para los gerentes, entonces se generan la expectativa que también se verán beneficiados, si luego de un tiempo no se ven mejoras en sus "sobres" entonces se enciende la llama de la desmotivación que afectará el clima laboral. Hace pocos días, conversaba con uno de los participantes de un taller de liderazgo, que pertenecía al sector público. Me comentaba el hecho que su sueldo estaba "congelado" desde hace diez años debido a una política de austeridad del gobierno. Es paradójico que nuestro país tenga uno de los índices más altos de crecimiento del mundo y sin embargo sus servidores públicos no perciban esas mejoras.

En esa sesión trataba de explicar el balance que debe existir en una organización y en particular sobre lo que puede exigir un jefe a un trabajador. Es necesario precisar que lo que puede dar una empresa depende de las necesidades humanas que se van a satisfacer con esos aportes. Le preguntaba a una participante ¿Qué tipo de reconocimiento era el que más anhelaba en su empresa? y me decía que el dinero era lo más importante. Luego de esa respuesta pasé a explicarle que si un jefe motiva solo por dinero, bonos, comisiones entre otros incentivos económicos, solo podrá reclamar cumplimiento de horarios, cuotas de ventas, entre otros incentivos económicos. Ella me preguntaba también, cuándo se le podía exigir creatividad a un empleado, le contesté que para exigir creatividad primero hay que darle capacitación, empowerment, línea de carrera, es decir todo aquello que le otorgue seguridad, poder y que satisfaga las necesidades de la inteligencia. Otro participante me preguntó: ¿Cuándo se le puede pedir lealtad a un trabajador? Tomando como base la teoría de Juan Antonio Perez López, le respondí que se puede pedir lealtad en la medida que el trabajador sienta verdadera preocupación, de parte de la empresa, por su desarrollo, cuando se les llame por su nombre y dejen de ser tratados como un código más, entonces sólo así, él estará en condiciones de identificarse y "ponerse la camiseta" de la empresa.

Una organización no le puede pedir lealtad a un empleado si ésta no es leal con él. Como subraya Pablo Ferreiro: "Si se quieren ideas hay que sembrar ideas. Si quieren lealtad hay que sembrar lealtad". Considero que existe mezquindad en muchas organizaciones, que se preocupan más por el crecimiento en las ventas y la utilidad, dejando para otro momento la motivación y el reconocimiento de las personas. No deberían sorprenderse luego, cuando se eleve la rotación del personal o cuando los resultados de las encuestas de clima sea un "pálido" reflejo de la aceptación que creían tener. No pidan compromiso ni identidad a sus trabajadores, mientras sigan operando bajo un modelo mecanicista. El verdadero potencial de una organización está en las personas que allí laboran, no en las máquinas, ni en la tecnología. El problema común es que siempre reaccionan tarde, por lo general se dan cuanta que han perdido a un trabajador valioso, cuando éste se acerca con la carta de renuncia bajo el brazo y es ahí cuando se quiere "tapar el sol con un dedo" ofreciéndole todo lo que no se le pudo ofrecer antes.

Estoy seguro que más de una persona, que lea estas líneas, sabe de lo que estoy hablando... solo espero que no sea tarde para que las organizaciones tomen conciencia del valor que tienen las personas que ahí trabajan, y que sus jefes asuman la responsabilidad de convertirse en verdaderos líderes, capaces de dirigir pensando en la productividad ¡si!... pero sin dejar de lado la moral de su gente.

Si ya decidió que "sembrar"... entonces solo queda esperar la cosecha...

Hasta la próxima!

miércoles, 18 de agosto de 2010

El precio de alcanzar tus sueños

"La felicidad no es una estación a la que se llega , sino una manera de viajar". Rescato esta frase de Margaret Lee Runbeck, porque generalmente asociamos la felicidad con el logro de metas y creemos que seremos felices... cuando tengamos la soñada o cuando realicemos ese viaje a Europa. Les pregunto a aquellas personas que tienen hoy la casa soñada, que lograron tomarse fotos al pie de la torre Eiffel en Paris, si encontraron la felicidad... y si recuerdan cuanto les duró. Considero que la felicidad está en sentirse bien con lo que uno hace y no está condicionada necesariamente a fechas especiales, ni lugares paradisíacos para experimentarla, por supuesto que recordar esos momentos serán siempre gratos.

Alcanzar tus sueños, va más allá un simple deseo, claro está que si no ponemos nuestra cuota de sacrificio, difícilmente "aterrizaremos". Es importante saber donde estas y hacia a donde vas, de lo contrario cualquier camino daría lo mismo. "Soñar no cuesta nada"... reza la frase popular, lo que cuesta es plasmarlo en objetivos concretos, ponerle "patas" y más importante aun, compartir esa visión con tu esposa o esposo, con tus hijos, con tu equipo de trabajo, es decir pasar de la automotivación a motivar a los demás. En esa línea por ejemplo, rescato un hecho concreto: Uno de los factores más comunes en las empresas que solicitan nuestros servicios de consultoria y capacitación, es la falta de buenas relaciones interpersonales, lo que deriva en un clima laboral denso y poco propicio para lograr la misión de la organización. Para conocer mejor esa realidad, me tocó, hace unas semanas, acompañar en su trabajo de campo a dos supervisores de una empresa, para obtener información sobre sus actividades, considero que tuve mucha suerte, al ponerme en la piel de ellos, porque aprendí mucho al compartirme sus deseos, ilusiones y también sus frustraciones. Fue una experiencia valiosa que nos permitió diseñar una propuesta personalizada, como "traje a la medida".

Los consultores cometemos el error de querer interpretar todo con solo una mirada y eso no es suficiente para entender la realidad de un departamento o de toda una empresa y menos para lanzar una propuesta. En la experiencia que hago mención, me llamó mucho la atención ver lo identificados que estaban los supervisores con su trabajo. Lo primero que percibí, es que realmente les gustaba lo que hacían... y eso para mi es una de las claves principales que te ponen en la ruta de la felicidad. David Fishman, señala en su libro "La alta rentabilidad de la felicidad" la satisfacción que produce servir a los demás, a pesar que casi todo lo que aprendemos desde niños, está encaminado a la búsqueda del beneficio personal. Esto me recuerda la experiencia que tuve mi padre, un año antes de partir a una mejor vida...y es que la fatiga pasa a un segundo plano cuando se trata de ayudar... no hay mayor felicidad que haber dado lo mejor de uno por alguien a quien has amado siempre.

En la vida tenemos que tomar decisiones permanentemente. Recuerdo cuando decidí emprender una nueva misión empresarial y pasar de ser dependiente a asumir la responsabilidad de llevar las riendas de mi propia empresa. No puedo negar que he ido alcanzando muchos de mis sueños, pero créanme que lograrlo no ha sido nada fácil. Ser emprendedor implica "sembrar para luego cosechar" sin embargo habrán momentos de "lluvia" y también de "sequía". Lo valioso es aprender, sobretodo de ésta última, para poder afrontar mejor los obstáculos que nos presenta la vida. Los sueños que aun no he logrado alcanzar están intactos; por ejemplo, una de las cosas que más disfruto es aportar al crecimiento de las personas, tanto en mis sesiones de capacitación como a través de los artículos que escribo. Tan solo ver las expresiones de alegría en el rostro de algún participante, cuando hacemos las dinámicas o recibir consultas y sugerencias vía email, de algún lector, me permite experimentar una gran satisfacción personal, casi incomparable.

Muchas de las personas con las cuales converso a diario, que se encuentran en la disyuntiva de elegir el camino de ser empresarios, luchan naturalmente contra sus temores, no quieren dejar su "zona de confort", no se atreven a arrojar su "vaca"... si esa la de Camilo Cruz. Todos tenemos derecho a ser felices, pero bien saben... la felicidad tiene un precio y es sinónimo de esfuerzo y perseverancia. Aquellos que siguen estirando a mano cada mañana, para esperar que las cosas caigan del cielo, pueden seguir esperando... me refiero a quienes se aferran a eslogan de publicidad como: "Baje de peso sin dejar de comer o aprenda un idioma mientras duerme". Para los que quieren lograr sus sueños aquí una sugerencia: levántense todas las mañanas pensando que ¡si es posible! ... tracen sus líneas de acción y sean firmes en sus propósitos, incluso cuando sientan que el mundo se les viene encima... es ahí cuando más deben esforzarse... las noticias positivas siempre llegan, ah!... pero recuerden que la verdadera felicidad se encuentra dentro de nosotros y se disfruta mucho más si la obtenemos sirviendo a los demás. Los dejo para que sigan soñando...

Hasta la próxima!

domingo, 8 de agosto de 2010

¿El dinero nos motiva realmente?

Vivimos permanentemente rodeados de noticias que destacan el éxito; nos conmueven las historias de personas que se hicieron de la nada y ahora yacen en la cima. Vemos por televisión, con asombro programas que describen con lujo de detalles la azarosa vida de los ricos y famosos. La otra cara de la moneda, la apreciamos cuando leemos en las tapas de los diarios y revistas titulares sobre "estrellas" que cayeron en profundas depresiones, drogas, delitos, etc. víctimas de la fama y el poder.

La presión por mantener un estatus social obliga a algunas personas a asumir riesgos y pasivos que se tornan, en muchos casos, inmanejables. Podríamos decir que el dinero es el principal elemento motivador en las personas, sin embargo los resultados de encuestas realizadas a trabajadores de empresas importantes, ubican los sueldos de los empleados nada menos que en el quinto lugar. Le otorgan más importancia a factores de motivación tales como: el aprecio por el trabajo realizado, sentirse parte de las actividades, el apoyo a los problemas personales y la seguridad en el trabajo.

El dinero genera diversas situaciones y no necesariamente relacionadas con la felicidad. Por el contrario puede despertar envidias, rencores en la familia, en el trabajo. Casi a diario podemos observar casos de familias que se destruyen por disputas patrimoniales. Vivimos comparándonos permanentemente; con el vecino, con el compañero de trabajo... ¿No han escuchado acaso comentarios como estos? "La esposa le dice al esposo, ¿Te has dado cuenta que nuestra vecina tiene un auto del año?... ¿y yo cuándo? o los hijos presionando a los padres porque en su colegio sus compañeros reciben más propina. No es mi intención definir el dinero como sinónimo de conflicto. Es innegable reconocer que el mundo se mueve con dinero... pero creer que es lo más importante, es otra cosa... sino que lo digan los famosos.

El dinero es y seguirá siendo un medio para obtener cosas materiales, el problema se genera cuando lo ubicamos como el fin de todas nuestras acciones, como el causante de la felicidad o la desdicha. Según lo explica Juan Antonio Pérez López en su teoría de la motivación, el dinero solo satisface las necesidades del cuerpo (comida, vestido, higiene) se relaciona con el TENER... la pregunta es: TENER ¿para qué? Una persona puede comprarse cinco casas pero solo puede habitar en una de ellas, puede llenar un closet de ropa pero solo posee un cuerpo para ponerse una a la vez, puede llenar la cochera de autos de lujo (como lo hacen muchos futbolistas y estrellas de la TV) y conducir solo uno. Podemos comprar toda la comida del mundo pero tenemos un estomago con capacidad limitada. Por ello se puede explicar porque muchos a pesar de tener dinero para disfrutar de lujos y comprar "medio mundo" se sienten solitarios ... saben ¿Por qué? Porque el dinero satisface el cuerpo, pero no el alma. ¿De que te serviría tener todo esto, si tienes un hijo que es infeliz en su matrimonio?

El dinero puede ayudar y mucho, si se tiene claro para que se utiliza. Por supuesto que tenemos derecho a disfrutar de nuestro esfuerzo y vivir experiencias inolvidables, no obstante puede servir también como medio para satisfacer otras de las dimensiones de la persona: la inteligencia. Por ello es recomendable leer un buen libro, compartir foros, capacitarse de manera continua. El estar bien preparados nos posibilitará generar mayores ingresos económicos (primero es SABER luego HACER), adquirir mayor seguridad en lo que hagamos... en suma ser más eficientes.

Hemos hecho mención al cuerpo y la inteligencia... pero las personas somos más que eso, claro está. Poseemos el don más preciado llamado Libertad, que no es lo mismo que independencia. Cuando digo libertad, me refiero a esa capacidad que tienen las personas para tomar decisiones... de asumir las consecuencias y no andar buscando culpables para sentirse mejor. Cada uno es libre de elegir el camino que consideren más apropiado para su vida, de aprender en cada "caída" y tener el valor de levantarse una y otra vez. Bien lo explica el Doctor Viktor Frankl, el creador de la logoterapia, cuando narra las desgarradoras historias en los campos de concentración de Auschwitz, en plena segunda guerra mundial. Señala que una persona era capaz de resistir cualquier maltrato físico, presión psicológica... pero nadie podía cambiar su forma de pensar ni el deseo de seguir viviendo... en momentos como esos, la esperanza de reencontrarse con la esposa, los hijos, terminar un proyecto inconcluso (como era su caso)...los mantuvo vivos.

Decíamos que somos cuerpo, inteligencia pero también voluntad. No es extraño ver personas dotadas de un alto cociente intelectual, que se quedan "en medio del camino" precisamente por falta de voluntad. Los padres luchamos y a veces nos desesperamos cuando tenemos un hijo "inteligente" pero "flojo" a la vez y nos cuesta mucho revertir esa situación.... por lo general decimos: ¡Que desperdicio, no se da cuenta lo que tiene, que va a ser de su vida! ... y es que la voluntad le pone pies a la inteligencia. Pérez López afirma que el motivo se hace más fuerte cuando se trata de servir a otra persona (motivos trascendentes) sino piensen en las madres que se levantan a medianoche para atender a su bebé, venciendo al cansancio o cuando un cliente necesita de su ayuda para solucionar un problema.

La verdadera motivación no se encuentra en las cosas materiales, procede de nuestro interior, no se impone, hay formas de inducir a alguien a que haga algo: darle buenos motivos que despierten el deseo de hacerlo. Según lo expresa Luca Guidarelli, "La verdadera motivación no se impone, para motivar hay que centrarse en los deseos y en las emociones y el instrumento para llevarlo a cabo es la implicación en los objetivos, los sueños, es la misión de la empresa".

Seguiremos hablando del dinero y su impacto en la motivación de las personas. Es un tema que siempre genera controversias...los que tienen fama, poder y dinero darían un minuto de su vida por poder caminar libremente por las calles, sin que nadie vulnere su privacidad, sin tener un séquito de guardaespaldas, mientras tanto los que no gozan de esos privilegios, darían un minuto de su vida por andar en un coche de lujo, navegar en un crucero o aparecer en primera plana... ¿Qué opina usted?

Hasta la próxima!

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viernes, 6 de agosto de 2010

¿Por qué se enojan los clientes?

Las empresas invierten grandes sumas de dinero en satisfacer a sus clientes, unas actúan con más consciencia que otras, seguro. Saber que el cliente es lo más importante no es suficiente para garantizar un servicio "cinco estrellas". Podría asegurar que toda persona que atiende a un cliente lo ha escuchado, la pregunta es que hacemos para pasar del saber... al saber hacer.

Por lo general nos damos cuenta si el cliente está enojado cuando vemos a una persona levantando la voz, con cara de pocos amigos... algo parecido a un toro ingresando al ruedo. Uno de los factores detonantes considero que es la indiferencia y el maltrato. Ayer por ejemplo tuve que dejar un documento en una institución del Estado y tras pasar los controles respectivos, me enviaron a una ventanilla, lo recibieron, habían tres personas, mientras yo esperaba se pusieron a revisarlo, y tras debates y llamadas internas, me dijeron que tenía que dejarlo en otras ventanilla...perdí 20 minutos.

Las instituciones del estado se caracterizan por las interminables colas, por la comunicación poco empática de sus funcionarios. Cuando tenemos que hacer un trámite en un ministerio por ejemplo, hay que encomendarse a Dios muchas veces, para que no te rechacen un documento por que la firma se salió del recuadro o porque no adjuntaste la copia o faltó un sello, etc. lo demás es historia conocida.

Para no ser injustos, quiero referirme a las personas que trabajan dentro de una institución del Estado, he conversado con muchas de ellas cuando capacito. Por lo general veo personas desmotivadas, que ven pasar los años, llevando a cuestas una rutina implacable. La mayoría no está de acuerdo con un sistema que privilegia la norma por encima de las necesidades de los usuarios (como le llaman al cliente) sin embargo, con buenas intenciones no se logra mucho. Me comentaba uno de ellos de una mamá que descargaba su cólera contra sus hijos porque no era atendida generando presión de esa forma. Las personas que acuden por un reclamo saben que se van a encontrar con respuestas como: "Lo siento señor pero la norma dice que..." " Ese no es mi problema señor, usted sabía que..."

Otro de los factores recurrentes que enojan a un cliente es la promesa incumplida. Cuando un cliente "explota" no es que se levantó con ganas de hacerle la vida imposible a la empresa, simplemente pide que cumplan con lo que se le ofreció... tan simple como eso. Cualquier persona que se siente maltratada por la indiferencia tiene como arma final hacer la "pataleta" como lo haría un bebe que no es atendido, amenazan con denunciar a la empresa, al agente y toda su parentela, se escuchan frases como esta" "De aquí no me saca nadie hasta que venga el gerente y me solucione el problema". Más allá de la queja debemos leer que esa persona está pidiendo ayuda, que lo escuchen, en suma respeto. Me comentaba un administrador de una prestigiosa tienda de autoservicios, que una señora no dejó de gritar hasta tener en frente del Gerente de la tienda, cuando llegó lo único que le pidió la dama fue que la escuchara, no quería ninguna retribución, solo que la escuchen, como si quisiera desahogar el mal rato que pasó.

En el libro la queja es un regalo de Janelle Barlow y Claus Moller plantean algunos tips de como hacer frente a una queja. No soy partidario de las fórmulas, en este caso se trata de pasos, sentido común diría, que se pueden aplicar de acuerdo a las circunstancias:
  1. Decir "gracias"
  2. Explicar porque aprecia la queja
  3. Disculparse por el error
  4. Prometer hacer algo respecto a la queja inmediatamente
  5. Solicitar la información necesaria
  6. Corregir el error rápidamente
  7. Comprobar si el cliente está satisfecho
  8. Prevenir futuros errores
Si a usted le toca atender a un cliente molesto recuerde que detrás de ese comportamiento hay una persona que le está dando la oportunidad de ayudarla realmente... no la pierda.

Hasta la próxima!

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domingo, 1 de agosto de 2010

Se Buscan Líderes

Se comenta que los líderes escasean, que son personas superdotadas, que fueron tocados por la mano divina. Si algo tengo claro es que los líderes no nacen...se hacen y con mucho esfuerzo. Existen un sinnúmero de definiciones sobre el líder. Francesco Alberoni, lo describe como "el custodio de la meta, aquel que les recuerda a todos hacia donde hay que ir y controla que el engranaje se mantenga en movimiento"

No es extraño apreciar en las organizaciones, personas que se ufanan de ser líderes, sin embargo cuando las circunstancias los ponen a prueba, no dan la talla, no poseen el talante que se requiere. En mi camino por el mundo laboral, he transitado por diversas empresas donde conocí excelentes profesionales, grandes líderes y ¡como no! los que se quedaron simplemente en la "nobleza" del título En una de ellas, recuerdo que el personal solía "temblar" cuando sabía que el dueño de la empresa haría una inspección por las plantas de producción. Yo tenía a mi cargo la supervisión, era bastante joven aun y sabía que no debía dejar amedrentarme, todo lo contrario. Lo curioso era que los gerentes del entorno hacían gala del mismo estilo, con sus equipos de trabajo... incluso las secretarias adquirían consciente o inconscientemente la personalidad, el tono de voz y gestos del jefe.

Cuando los resultados no son buenos, en una organización, por lo general se asume la imperiosa necesidad de recurrir a la presencia de un "hombre fuerte", ese gran líder que las poblaciones de algunos países reclaman para poner orden. Ese que obliga a todos a aceptar sus decisiones sin dudas ni murmuraciones. Es probable que al inicio todo empiece a caminar como un reloj. Como menciona Alberoni en su libro "El arte de liderar", se terminen las discusiones, los retrasos, las ineficacias, pero luego de un tiempo, ese "gran jefe" que cree que todo lo puede hacer solo, termina por aislarse, pierde la confianza y contacto con su gente, haciendo que la empresa retroceda incluso por debajo del nivel en que la encontró. Las personas se desmotivan, pierden creatividad, y terminan por "ahogarse"en una profunda desmotivación.

Ser líder no significa pensar en todo, hacerlo todo, no es aquel que impone su voluntad en todos los campos, implica servir, transmitir el sentido de la misión, los valores. En cuanto a los estilos de liderazgo, no existe uno solo que funcione para toda ocasión, los estilos deben adecuarse a la situación por la que atraviesa la persona o el equipo. Es como conducir un auto de cinco velocidades y saber por el sonido del motor, en que momento hacer los cambios. Sería imposible hacer un largo viaje solo en una velocidad, ¿no lo creen?.

Volviendo al perfil del líder que describía en mi experiencia personal, se trataba de una persona, con mucho conocimiento técnico pero con pocas competencias para saber llegar a las personas. Encajaba perfecto con el "principio de Peter"cuando señala que una persona puede ascender de puesto hasta el límite de su incompetencia... algo así como "Perder un buen soldado y ganar un mal jefe". Mi jefe en ese entonces basaba su "liderazgo" en la potencia de su voz, en su gesto adusto. estaba muy lejos del liderazgo resonante de Daniel Goleman, en referencia al líder que sabe sintonizar las emociones de las personas y le da una dirección emocionalmente positiva. En este caso podría afirmar que se trataba de un liderazgo disonante (que no sabe empatizar, ni interpretar las emociones), el estilo que predominaba se parecía al "Timonel" que sustenta Goleman, cuando se refiere al líder que presiona por alcanzar altos niveles de excelencia, que se impacienta por el bajo rendimiento, a tal punto de querer resolver personalmente los problemas. Este estilo se complementa con el autoritario, aquel de "hazlo por que lo digo yo" que implica acatar ordenes sin condiciones e incurrir en amenazas de ser necesario. Se trata de líderes que no son capaces de delegar su autoridad. Este tipo de estilos podrían funcionar en empresas que recién inician operaciones y requieren de una persona "todo terreno" o cuando la empresa ingresa en un período de crisis por la caída de las ventas y requiere de un gran impulso... pero ¡hasta ahí no más!

En este viaje por el tiempo, también estuve bajo las ordenes de un líder paternalista, un estilo que puede ser tan negativo como el autoritario. Una de sus características es darle a la gente lo que no necesitan y cuando si requieren de su apoyo, se lo niegan. Son capaces de "delegan poder" a una persona del equipo, pero si ésta se equivoca, inmediatamente le retiran su confianza y prefieren hacerlo ellos mismos. Lo que ocasiona un estilo como este es que las personas no crezcan en la organización... algo así como tener un "ejercito de enanos"... y encima desmotivados.

No piensen que solo conocí lideres de este tipo, también tuve la suerte de trabajar con los "buenos" aquellos que tienen una visión clara, que saben transmitirla, sin acoso, creando un clima adecuado para la motivación y el aprendizaje, capaces de aplicar un estilo coaching, cercano, que ayude a identificar las fortalezas y debilidades, para integrarlas a las aspiraciones personales y profesionales de su gente.

Las organizaciones requieren contar con líderes capaces de cuidar los resultados pero también prestos para apoyar el desarrollo de su equipo de trabajo. Necesitan líderes que orienten los esfuerzos al logro de resultados en equipo pero cuidando los medios que emplean. Quienes llaman líderes a personajes como Hitler, olvidaron de leer la parte que describe el exterminio judío, los que leyeron alguna vez Robin Hood, olvidaron que robar un lápiz o un millón es malo. No han escuchado acaso a personas que se refieren a políticos justificando que roben...pero que hagan obras, se parecen ¿verdad?. Mejor recordar que existieron personas como Gandhi o la Madre Teresa de Calcuta, por citar algunos, que predicaron con el ejemplo, que nos enseñaron el verdadero rostro de la humildad, del servicio... ¡si eso!.. liderar sirviendo... la gran paradoja del liderazgo.

Todos estamos en capacidad de asumir un liderazgo, sea cual fuere la posición que ocupemos en la empresa o el rol que nos toque ejercer fuera de ella. Todos podemos influir en la persona más cercana para lograr verdaderos cambios y alcanzar los objetivos... no existen excusas para no asumir un liderazgo... una sugerencia, tratemos de empezar por liderar nuestra propia vida y luego ponerla al servicio de los demás.

Hasta la próxima!

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