Este espacio ha sido creado para poder intercambiar información, conocimiento y experiencias en general que nos puedan enriquecer desde el punto de vista profesional y personal.
jueves, 29 de julio de 2010
Feliz día Perú!!
miércoles, 28 de julio de 2010
¿Cuánto quiero a mi hijo?
Nadie puede negar que vivimos atrapados entre dos “mundos”, el de la casa y el trabajo. Todos queremos ser exitosos y eso tiene un alto precio. No es extraño ver ejecutivos que prefieren estar mañana, tarde y noche en la oficina, portando el cartel de gerentes, poderosos, reconocidos por todos, sintiendo que el tiempo transcurre, con la agenda “apretada” a más no poder ¿Acaso tener la agenda copada significa estar cerca del éxito? Y qué ocurre cuando se apagan las luces de la oficina y es hora de volver al hogar. Para algunos regresar a casa es un momento esperado con ansias; para reencontrarte con la esposa y los hijos… cual historia donde todo es felicidad. Para otros suele ser algo distinto, significa encontrar una realidad de cuentas por pagar, el llanto de los niños, la esposa algo desarreglada, sin maquillaje, esperando relatar, las "buenas y malas del día" con lujo de detalles.
Vivimos en un entorno colmado de modelos a seguir que presionan, a unos más que a otros, por alcanzar el ideal de vida. Recuerdo muy bien los temores que sentía cuando decidimos con mi esposa ser padres, tenía 28 años, se me venían a la mente preguntas como ¿cuánto va a cambiar nuestras vidas? ¿Podré poner en práctica todo lo que mi padre me dijo? Como lo menciona Theodore Dimon Jr. nadie nace sabiendo como patear una pelota o como tocar un instrumento, aprendemos probando y de esta forma sabemos que es lo que podemos hacer. El proceso de experimentar nos permite extender nuestro proceso de comprensión. Vivimos aferrados al logro de objetivos minimizando la forma como lo conseguimos. Experimentar significa darnos la libertad de poder equivocarnos.
En todo este tiempo tratando de ejercer mi rol de padre, puedo decir que he ido aprendiendo de los errores o si lo prefieren generando oportunidades de aprendizaje. En los primeros años, creía que el trabajo era la prioridad y que la familia debería entender que lo hacía por ellos, es más… me enojaba con facilidad cuando tenía que realizar actividades domésticas luego de la oficina. Era inevitable oír las historias de parejas, en las reuniones de algún fin de semana, resaltando las “bondades” de cada uno. Hace poco escuchaba a Tom Peters, el famoso gurú, decir que no debemos tener temor a equivocarnos, que los padres presionamos a nuestros a nuestros hijos para ubicarse en el tercio superior o sacar el veinte… por lo general nos ponemos “verdes”- en alusión a Hulk- cuando no lo logran. La pregunta es ¿acaso todos los que sacan veinte en el colegio o se gradúan en los primeros puestos en la universidad son los que alcanzan el éxito? Seguro que ¡no! y saben por qué, porque “nunca se equivocaron” o creyeron equivocarse y cuando se les presentan los primeros problemas, propios de la vida laboral, se “derrumban”, se les “cae el mundo”.
Decidí ponerle este título al artículo, porque, siempre me preguntado si es posible medir el amor que siente un padre por sus hijos. Muchos me han tratado de convencer que debemos darle"calidad de vida" como compensación por nuestra ausencia en casa… No sé si refieren a la forma en que podemos disimular nuestra escasa dedicación por ellos, yo sigo pensando que “una golondrina no hace verano”. Como lo dije anteriormente, se aprende con la experiencia y uno de los aspectos más importantes en mi vida ha sido aprender a entender a mis hijos, en especial al mayor, ahora en plena etapa de adolescencia. No puedo negar que perdí algo de cabello en esa tarea… tal vez la principal barrera fue no querer reconocer y respetar su libertad (no me refiero a su independencia) la que todo ser humano posee. Los padres queremos imponer nuestros paradigmas, diseñar su proyecto de vida para que ellos logren nuestros anhelos y no los suyos propios.
En la tarea de conocer a mi hijo, tuve que empezar a identificar sus gustos para vestirse, su tipo de música, entender su estado de ánimo. Recuerdo haberlo acompañado al concierto de Iron Maden y Épica, grupos que no gozaban de mis preferencias… y no puedo negar que la pasé muy bien. Hoy puedo decir que de todas las acciones que intenté estas fueron las que mejor resultado me dieron, me permitieron comunicarme mejor, ser más amigo que padre. No exagero con decir que antes andaba pendiente del más mínimo error que cometiera y eso iba en contra de la confianza que debería generar en él. No sé si les funcione exactamente, a quien esté pasando por algo similar, pero si les puedo sugerir que lo intente.
En esta carrera de “Fórmula uno “en la que se ha convertido la vida, tenemos que sacar de ella lo mejor y ello empieza por intentar tomar el timón de nuestra propia vida, para liderar la de tu familia, la de tu equipo de trabajo. Nunca es tarde para reconocer que nos hemos equivocado y enrumbar el “barco”. Nuestros hijos solo estarán físicamente, con nosotros un corto tiempo, el trabajo es un medio para satisfacer necesidades, pero no es el fin. Se trata de entregar los mejor por nuestra familia ¡si!…pero es mejor no dejar que sea tarde para darnos cuenta del tiempo que perdimos… No vaya a ser que sea demasiado tarde… cuando ellos estén de salida, rumbo hacia una nueva vida y nosotros como siempre... creyendo que el tiempo se puede detener o que ellos no han crecido… bueno, ahora creo que pueden tener más claro cuánto quiero a mi hijo y ¿usted ya lo sabe?
viernes, 23 de julio de 2010
La Desmotivación en el Trabajo: ¿Qué hacer?
Luego de la publicación del artículo ¿Por qué me cuesta ir a la oficina…otra vez? recibí unos cuantos comentarios sugiriéndome que proponga algunas alternativas para superar los problemas de desmotivación, afines a cualquier empresa. No creo en las recetas mágicas que solucionan problemas sin esfuerzo, al menos yo no las he visto. Sin embargo, puedo compartir algunas situaciones que podrían coincidir con ciertos episodios de su vida en la empresa, y hacer una breve referencia sobre las causas de las desmotivación y como tratar al desmotivado.
Casos típicos de desmotivación son fáciles de encontrar. Por ejemplo, cuando te toca un jefe con una larga trayectoria como gerente, cargo que probablemente fue obtenido tras duras batallas, en las cuales tuvo que “quitar de en medio” a quien amenazara su puesto y no precisamente por la capacidad y su talento. Imaginemos un primer escenario: eres tú quien acaba de ingresar a la empresa, cargado de títulos y postgrados, seleccionado por uno de los más prestigiosos head hunters del medio, lleno de energía e ilusiones, derrochando conocimientos y orgullo por lo que lograste… veamos ¿Cuál sería el pensamiento de un gerente con un perfil profesional competente… ¡Qué bien… se integra a mi equipo alguien con conocimientos…seguro que contribuirá en los resultados! La otra cara de la moneda: “Bueno, aquí llegó otra amenaza y de gran calibre… ¡más le vale que se vaya olvidado de sus títulos, porque aquí yo soy el que manda…vamos a ver cuánto dura en el puesto!”. Es probable que esto se convierta en el principio del fin de tus días en esa empresa. ¿Qué hacer? En éste caso, se debe analizar el tipo de cultura de la organización, tener la certeza si se trata de un caso aislado o es práctica arraigada en ella. Si el gerente piensa y actúa de esa forma porque goza de la confianza y el aprecio de la alta dirección, entonces sugiero lo siguiente: quedarse en la empresa soportando los malos tratos del jefe… poniendo como escusa el buen sueldo que percibes, hasta que dure la paciencia... o en su defecto te valoras como profesional, recordando cuanto esfuerzo y dinero te costó alcanzar ese grado, para buscar una alternativa más acorde a tus expectativas.
Otro caso frecuente de desmotivación se produce cuando llevas algunos años, esperando el ansiado ascenso ofrecido por tu jefe, sin embargo, cuando crees que por fin se “hizo el milagro”, ingresa a la empresa un nuevo ejecutivo lleno de pergaminos y referencias “aterrizando directamente en ese puesto que tanto esperaste. En ese caso es necesario tomarse el tiempo para evaluar con calma y conversar con tu jefe para aclarar tu situación. Si la respuesta es sincera (muchas veces obedece a decisiones de un nivel superior), tendrás más claro el panorama para tomar una decisión más objetiva, menos visceral.
Un tercer caso, se da cuando eres la persona que genera proyectos, propones nuevas ideas y de pronto esas ideas se ven materializadas en mejoras para la empresa, hasta ahí todo está bien, el inconveniente se genera cuando las “medallas” y los créditos son otorgados a tu jefe, quien no tuvo mejor idea que proponerlo como suyo.
Estas situaciones no son producto de algún guionista de película, estoy casi seguro que se asemejan a las que muchos de ustedes han tenido o tienen que soportar.
Causas de la desmotivación
Existe más una teoría que trata de explicar el comportamiento de las personas y los motivos que las mueven a tomar decisiones o simplemente a no tomarlas. Según Juan Luis Urcola existen causas:
Imputables a la persona: reflejadas en actitudes negativas, sentimientos de injusticia apreciadas por el trabajador.
Imputables al trabajo: falta de objetivos, tareas poco atractivas, rutina, carga de trabajo, estar lejos de casa.
Imputables al jefe: estilo de liderazgo, falta de reconocimiento, promesas incumplidas, eludir la responsabilidad, mal ejemplo, mal humor, descontrol.
Imputables a la empresa: falta de sensibilidad, debilidad en la aplicación de normas, trato igual a los que cumplen y los que no.
Según la teoría de las motivaciones humanas de Juan Antonio Perez López:
- Se puede motivar de manera externa; con dinero, con cosas materiales, en este caso lo que se puede esperar de un trabajador es cumplimiento de la tarea, cuota de venta, no más que eso…
- Se puede motivar a un trabajador apelando a los motivos internos (delegación, capacitación, desarrollo), en ese caso se puede esperar de él: creatividad, capacidad para solucionar problemas, sugerencias, iniciativa.
- Se puede motivar apelando a motivos trascendente, es decir pensando en la otra persona (animo y apoyo, apoyo a sus problemas personales, fomentar un buen ambiente), en ese caso se puede esperar del trabajador lealtad, confianza, sacrificio, identificación.
Cómo tratar al desmotivado
Según Juan Urcola, existen 7 pasos para tratar a los desmotivados:
- Recoger información: recoger actuaciones concretas, comportamientos, conversar con los jefes y compañeros más cercanos.
- Hablar con la persona: con la información recogida, conocer de propia fuente su visión personal al respecto.
- Efectuar un diagnóstico apropiado: Habiendo recogido información de ambas fuentes, se puede realizar un diagnóstico adecuado
Es necesario tener claro porque un trabajador no cumple con sus funciones y no contribuye con los objetivos. Se puede atribuir a que no sabe (problemas de formación), porque no puede (problema de adaptación) o porque no quiere (problema de motivación). Es aquí donde se debe profundizar las razones por las que no quiere.
- Profundizar las causas: muchas veces la persona no sabe exactamente porque está desmotivada y las atribuyen a otros factores ajenos.
- Solucionar, si se puede: con toda la información obtenida se debe procurar resolver el problema. Es importante tener presente que nunca se debe tratar de motivar al desmotivado sin haber resuelto su problema de desmotivación primero.
- Mantener una actitud positiva y de confianza: sin caer en chantaje ni privilegios, son la base para recuperar al desmotivado.
- Tratar de buscar vías de motivación: se refiere a las formas de motivación explicadas anteriormente.
Es indispensable que todo jefe conozca de cerca las necesidades y expectativas de su gente. G.K. Chesterton decía: “En general estoy bastante menos interesado en lo que la gente hace que en porqué lo hace”. No se puede querer lo que no se conoce, es por ello que muchos que se hacen llamar líderes, caen en maltratos innecesarios, haciendo un mal uso del poder. No existen malos trabajadores sino malos jefes, escuché decir alguna vez en una conferencia y estoy de acuerdo con eso. Por eso cuando veo realidades de abuso de poder, me viene a la memoria la siguiente frase: “Es más fácil dirigir esclavos que a personas libres” ¿Ustedes que opinan?
Hasta la próxima!
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jueves, 22 de julio de 2010
¡El servicio al cliente... a la hora del café!
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miércoles, 21 de julio de 2010
¿Qué carrera seguir? El dilema de los jóvenes
Elegí tocar este tema porque considero que es uno de los puntos de partida, que contribuyen a trazar el camino del éxito. Cuando tenía 16 años cumplidos y estaba a punto de terminar el colegio mi padre me orientaba sobre la carrera que podía seguir, en ese entonces economía estaba de moda (inicio de los 80s). Para ser honesto, no tenía muy claro que significaba y menos si podría vivir de mi profesión. Los tiempos han cambiado, ahora existe un abanico de test vocacionales, así como profesionales dedicados a orientar a los jóvenes, a darles una visión más completa de la realidad que les tocará vivir. A pesar de todo decidí estudiar economía.
Ahora que soy padre de dos adolescentes, uno de los temas de conversación con otros padres contemporáneos es ¿Y tu hijo ya sabe que va a estudiar? ¿A qué universidad va a ir? Mi hijo por ejemplo, termina el colegio el próximo año y aun no tiene claro que carrera seguir. He conocido pocos jóvenes que hablen con convicción acerca de su futuro y vaya si admiro a quienes transmiten esa seguridad que yo no tenía a esa edad. Probablemente existen mil y un razones que influyen en la decisión que deba tomar un adolescente. Algunos quieren ser médicos porque, de niños, siempre vieron al papá entrando y saliendo de casa, con el saco blanco en el brazo, otros desean ser abogados, para defender lo injusta que es la vida. Mi otro hijo por ejemplo, tiene claro lo que quiere ser, le gusta realizar producciones de vídeos y desde ya me ayuda con mi trabajo, en la producción de vídeos en los talleres de capacitación que realizo...!bien por él¡
Conversaba hace poco con una señora en un viaje de retorno y me explicaba todo el esfuerzo que habían hecho, como madre, para que su hija siga la carrera de arquitectura, que como saben es costosa por los materiales que requiere. El problema era que su hija quería dejar la Universidad, a mitad de camino, para seguir diseño de modas en un instituto. Los tiempos han cambiado y cuanto… En mi época, ingresar a la universidad era un reto muy difícil, que exigía una preparación a conciencia, noches sin dormir y lucha constante para vencer mis propios temores. Ahora existen nuevas modalidades para ingresar a la universidad, que empiezan con evaluaciones en el último año de estudios y solo requiere de una entrevista personal y en muchos casos, basta con comprobar la solvencia económica de los padres, requisito indispensable. Considero que el hecho de haberse “facilitado” el ingreso a la universidad, en primer lugar le ha quitado la presión que tenía antes el postulante y se le ha trasladado a los padres que tienen que “estirar” sus presupuestos para cumplir con los pagos y obligaciones. En segundo término, me enseñaron siempre que lo que se consigue con esfuerzo tiene más valor. Por lo tanto, antes, si elegías la carrera equivocada, te veías en la obligación de seguir adelante para no defraudar el “bolsillo” de tus padres. Hoy los jóvenes que ingresan y en el primer ciclo descubren que no le gusta lo que estudian, simplemente se lo comunican a los padres y listo… suena algo así como: “Papá me he dado cuenta que la carrera que elegí lleva mucha matemática…en ese caso prefiero letras” o “La universidad me exige mucho y no tengo tiempo para conocer gente…quiero cambiarme”
Otro criterio valido para decidir que estudiar es conocer si la profesión que eligieron permitirá satisfacer mis necesidades, si tendré la casa soñada, viajes etc. es decir, evaluar el retorno de la inversión. Por otro lado está elegir estudiar una carrera profesional porque me gusta lo que voy a hacer. Es cierto que debe existir un balance entre la rentabilidad y el gusto por lo que hago, personalmente a estas alturas del “partido” estoy convencido que uno debe elegir no solo lo que te "llene el bolsillo", sino lo que te “llene el espíritu” aquello que te de plenitud. Soy economista, repito, pero con el pasar de los años descubrí mi verdadera vocación. Me dedico a la capacitación y consultoría en RRHH, disfruto cuando realizo dinámicas, me gusta trabajar con las personas, aprender de ellas, ayudarlas a darse cuenta que pueden dejar de hacer y que pueden incorporar a sus vidas. Descubrí que puedo ayudar escribiendo sobre temas que parecen tan simples, como este artículo, pero que nos llenan, algunas veces, de ansiedad y preocupación. Laboré en un periódico hace muchos años, no le encontraba explicación en ese entonces... el tiempo me dio la respuesta.
Solo puedo decirles que lo que decidan hacer, háganlo con amor, disfrútenlo, sientan la adrenalina cuando estén frente a un reto, no vean problemas vean oportunidades para crecer. Si eligieron la carrera equivocada no importa, todo lo que aprendieron sirve para encontrar el camino al éxito, y no hablo de hacer dinero, ya sabemos que es solo un medio que puede ayudar pero también puede complicarles la vida a muchos. Antes de preocuparse por el mundo exterior, miren dentro de ustedes mismos, tómense el tiempo de conocer que es lo que les gusta, evalúen sus fortalezas, analicen sus acciones en contexto, definan una visión que les motive, diseñen su plan de vida, infórmense sobre la actualidad económica y social en la que viven, para que tomen mejores decisiones. Tal vez lo explique mejor con éste fragmento del poema de Antonio Machado: “Caminante son tus huellas el camino nada más; caminante no hay camino se hace camino al andar”
Hasta la próxima!
(visite nuestro nuevo blog en: www.blog.erathis.com)jueves, 15 de julio de 2010
"La descomunicación, pan de cada día"
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lunes, 12 de julio de 2010
España, el modelo de equipo a seguir
Felicidades España por tan merecido triunfo! Dicen que la felicidad dura poco, pero ese grito de gol difícilmente podrá ser olvidado, hasta el punto de mandar a la papelera las amenazas de crisis en la madre patria. Definitivamente nada será igual en la vida de millones de personas, podemos decir, con algo de humor, que ahora existe un AC (Antes de Casillas) y un DC (después de casillas) en alusión al momento en que Iker casillas levantó la copa.
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jueves, 8 de julio de 2010
¿Por qué me cuesta ir a la oficina... otra vez?
- Se ha pasado del trabajo físico al intelectual.
- De un trabajo donde solo el jefe pensaba a un escenario donde ambos deben pensar y actuar.
- El jefe ha pasado de un rol de capataz a otro de facilitador, gestor del cambio.
- De una organización de estructura piramidal a otra más horizontal y flexible.
- De un trabajo individual donde el trabajador solo se limitaba a hacer lo que el jefe ordenaba a otro donde se integra como parte de un equipo, que no depende de un líder sino de la interdependencia.
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martes, 6 de julio de 2010
Y ahora...¿Quíen campeona?
sábado, 3 de julio de 2010
Servicio al cliente:¿Sueño o pesadilla?
viernes, 2 de julio de 2010
Los Jóvenes en las empresa (II); ¿Cómo son?
Para quienes estamos en el club cuarenta y tantos… resulta inevitable tocar, en cualquier reunión de amigos, el tema de los hijos y relatar anécdotas que aunque puedan resultar amenas, no dejan de preocuparnos, porque se trata de nuestros hijos, adolescentes en este caso, en quienes hemos puesto todas nuestras esperanzas de cambiar el mundo o si prefieren una meta menos ambiciosa, lograr que sean personas exitosas, con vida plena.
En el primer artículo, nos referimos a las características generacionales y su impacto en las empresas. Antes de seguir describiendo como son en realidad los jóvenes de la generación Milenio, es importante señalar los cambios estructurales que se han producido en las familias en las últimas décadas. Los doctores Amaya y Prado resaltan como ha ido influyendo en los hijos, el tiempo de permanencia, cada vez menor, de los padres en casa; desde casos en los que solo se ven físicamente al levantarse y al acostarse, o aquellos donde el padre viaja constantemente y suele comunicarse virtualmente, vía internet. Hacen referencia también, a la “familia nuclear extendida” aquella donde los abuelos comparten con los padres la crianza de los hijos, familias disfuncionales donde uno de los padres renuncia a la crianza de sus hijos, familias divorciadas y casos cada vez más frecuentes de padres solteros. Podríamos sacar varias conclusiones respecto al estilo de educación de los padres y el impacto que tiene en sus hijos; lo que no se puede negar es que todos buscamos la felicidad para ellos, aunque confundamos algunas veces términos como seguridad por sobreprotección, libertad con independencia, cuando, en este último, la mayoría sabemos que ser libre significa tomar decisiones y asumir las consecuencias.
Como se mencionaba en al artículo anterior ((http://www.erathis.com/articulos/view/7) la generación Milenio, nacida entre 1986 y 2006, se caracteriza por haber vivido conflictos y carencias, por haber crecido en un entorno impregnado por la violencia que los medios de comunicación propalan de manera indiscriminada, es una generación recargada de actividades y distracciones además del estrés que les genera la presión de los padres por el temor a que fracasen. En otro momento nos ocuparemos de describir, en extenso, los comportamientos de los padres y como han influido en sus hijos a través de los cambios generacionales.
Los autores del libro “Los hijos tiranos llegan a las empresas” los describen como personas poco obedientes, por ejemplo pueden encender el celular dentro de un avión aun cuando no esté permitido. Otra característica que he percibido en esta generación, de la cual forman parte mis hijos, es que el tiempo que podrían pasar junto a los padres, prefieren dedicarlo a Internet, You tube, My Space, facebook, Messenger por citar algunos distractores o haciendo zapping por más de 100 canales de cable. Lo curioso es que es difícil verlos hacer una tarea sin utilizar la computadora incluso hasta revisan operaciones de matemáticas por MSN.
Otro aspecto destacable es que son confiados. El saberse protegidos por los padres les da licencia para equivocarse sin mayor remordimiento o para dejar el trabajo si les molesta el tono de voz o la mirada de su jefe. Según el doctor Twenge quien publicó el libro “Generación del Yo” en el 2007, los cataloga como una generación Narcisista, egoísta, centrados en ellos mismos, más preocupados por satisfacer sus necesidades y caprichos por encima de los demás. Esto me recuerda haber escuchado a padres que se quejan de sus hijos que trabajan, ganando un buen sueldo, pero son incapaces de comprar siquiera el pan o ayudar en el pago de algún servicio doméstico. Los padres cometemos el error de “inflarlos” permanentemente diciéndoles que son los mejores o ganadores sin haber ganado nada aun. Este tipo de reconocimiento, basado en nada, solo “sobrealimenta” el ego, tal es el caso de los maestros de escuelas que les cuesta de corregir los errores que comenten los niños por temor a herir su autoestima, cuando en realidad lo que están haciendo es crear personas temerosas e inseguras para enfrentar las “bondades” de este mundo.
Un tema de conversación frecuente entre padres es resaltar la inteligencia de sus hijos y es que según estudios realizados por especialistas demuestran que esta generación es 10 puntos más inteligente que la de 30 años atrás. Se les considera la generación más preparada de toda la historia, tal es así que la licenciatura dejó hace mucho tiempo de ser la meta, ahora es común ver a jóvenes estudiando maestrías aun cuando no reúnen la experiencia laboral necesaria para tener un alcance más profundo de la realidad empresarial.
Quien no ha reflexionado acerca de cómo nos veíamos (generación Boomers) de pequeños, por ejemplo teníamos que esperar a que caliente el tubo para encender el televisor que se encontraba en la sala de la casa, la comida era “lenta” no “rápida” como ahora, había un solo baño para una familia numerosa, todo ello ayudó a desarrollar la paciencia. Hoy la generación de nuestros hijos tiene un televisor de encendido instantáneo pantalla plasma, LCD y sistema LED, pueden pedir una hamburguesa en pocos minutos y “devorarla” sin contemplación, cada cuarto tiene su propio baño. Se desesperan porque la PC está lenta y solicitan urgente una ampliación de memoria RAM ah! y quieren ser gerentes en dos o tres años como máximo.
Es frecuente observar como nuestros hijos han desarrollado la capacidad de cuestionar o debatir cualquier tema y evitar someterse. El desarrollo de su inteligencia en comparación con generaciones pasadas les permite utilizar el discurso y la discusión; teniendo en el razonamiento y la lógica sus mejores armas para enfrentar el debate. A diferencia de sus antecesores es una generación poco distante de los movimientos sociales radicales, carecen de héroes y modelos a seguir, están acostumbrados a recibir premios solo por participar. Los niños de esa generación reflejan el estrés, ocasionado por las actividades que proponen los adultos, generando gastritis y caída del cabello desde corta edad, no tienen tiempo para jugar en solitario por la recargada agenda que sostienen. Su palabra más utilizada es “no tengo tiempo” cuando se le quiere asignar una tarea doméstica y paradójicamente “estoy aburrido” cuando no tienen alguna actividad programada.
Podríamos seguir describiendo más características de esta generación, lo importante es reflexionar sobre el tipo de formación que les estamos dando, reparar en las concesiones que otorgamos como padres, que lejos de fortalecerlos los encapsula en un mundo muy distinto al real. Es cierto, no podemos “tapar el sol con un dedo” para ocultar lo que es evidente, tampoco se trata de replegarse y volver a los métodos de crianza de nuestro abuelos (generación silenciosa), aunque creo que aquí si valdría la pena rescatar ciertos principios. Tomemos conciencia de las exigencias que les toca vivir y reforzar la Confianza a través de la comunicación permanente, conocer de cerca sus inquietudes, sus gustos y preferencias y a partir de ello tratar de entender que les pasa. Esto no es exclusivo del hogar; en las empresas los jefes no llegan a ser líderes por falta de conocimiento teórico sino porque les cuesta acercarse y saber quién es la persona que está al frente para entender sus motivaciones y guiarlos hacia el objetivo organizacional. Espero que este artículo sea un aporte para entender a nuestros hijos, a nuestros compañeros y colaboradores en el trabajo, por mi parte les recomiendo tener mucha paciencia con los jóvenes, yo por lo menos que lo sigo intentando... Hasta la próxima.
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¿Cuánto pesa una estrella en el equipo?
Después de ver algunos encuentros del Mundial Sudáfrica, no puedo evitar relacionar lo que sucede en el deporte y la empresa, sino analicemos un poco: