Érathis

miércoles, 18 de agosto de 2010

El precio de alcanzar tus sueños

"La felicidad no es una estación a la que se llega , sino una manera de viajar". Rescato esta frase de Margaret Lee Runbeck, porque generalmente asociamos la felicidad con el logro de metas y creemos que seremos felices... cuando tengamos la soñada o cuando realicemos ese viaje a Europa. Les pregunto a aquellas personas que tienen hoy la casa soñada, que lograron tomarse fotos al pie de la torre Eiffel en Paris, si encontraron la felicidad... y si recuerdan cuanto les duró. Considero que la felicidad está en sentirse bien con lo que uno hace y no está condicionada necesariamente a fechas especiales, ni lugares paradisíacos para experimentarla, por supuesto que recordar esos momentos serán siempre gratos.

Alcanzar tus sueños, va más allá un simple deseo, claro está que si no ponemos nuestra cuota de sacrificio, difícilmente "aterrizaremos". Es importante saber donde estas y hacia a donde vas, de lo contrario cualquier camino daría lo mismo. "Soñar no cuesta nada"... reza la frase popular, lo que cuesta es plasmarlo en objetivos concretos, ponerle "patas" y más importante aun, compartir esa visión con tu esposa o esposo, con tus hijos, con tu equipo de trabajo, es decir pasar de la automotivación a motivar a los demás. En esa línea por ejemplo, rescato un hecho concreto: Uno de los factores más comunes en las empresas que solicitan nuestros servicios de consultoria y capacitación, es la falta de buenas relaciones interpersonales, lo que deriva en un clima laboral denso y poco propicio para lograr la misión de la organización. Para conocer mejor esa realidad, me tocó, hace unas semanas, acompañar en su trabajo de campo a dos supervisores de una empresa, para obtener información sobre sus actividades, considero que tuve mucha suerte, al ponerme en la piel de ellos, porque aprendí mucho al compartirme sus deseos, ilusiones y también sus frustraciones. Fue una experiencia valiosa que nos permitió diseñar una propuesta personalizada, como "traje a la medida".

Los consultores cometemos el error de querer interpretar todo con solo una mirada y eso no es suficiente para entender la realidad de un departamento o de toda una empresa y menos para lanzar una propuesta. En la experiencia que hago mención, me llamó mucho la atención ver lo identificados que estaban los supervisores con su trabajo. Lo primero que percibí, es que realmente les gustaba lo que hacían... y eso para mi es una de las claves principales que te ponen en la ruta de la felicidad. David Fishman, señala en su libro "La alta rentabilidad de la felicidad" la satisfacción que produce servir a los demás, a pesar que casi todo lo que aprendemos desde niños, está encaminado a la búsqueda del beneficio personal. Esto me recuerda la experiencia que tuve mi padre, un año antes de partir a una mejor vida...y es que la fatiga pasa a un segundo plano cuando se trata de ayudar... no hay mayor felicidad que haber dado lo mejor de uno por alguien a quien has amado siempre.

En la vida tenemos que tomar decisiones permanentemente. Recuerdo cuando decidí emprender una nueva misión empresarial y pasar de ser dependiente a asumir la responsabilidad de llevar las riendas de mi propia empresa. No puedo negar que he ido alcanzando muchos de mis sueños, pero créanme que lograrlo no ha sido nada fácil. Ser emprendedor implica "sembrar para luego cosechar" sin embargo habrán momentos de "lluvia" y también de "sequía". Lo valioso es aprender, sobretodo de ésta última, para poder afrontar mejor los obstáculos que nos presenta la vida. Los sueños que aun no he logrado alcanzar están intactos; por ejemplo, una de las cosas que más disfruto es aportar al crecimiento de las personas, tanto en mis sesiones de capacitación como a través de los artículos que escribo. Tan solo ver las expresiones de alegría en el rostro de algún participante, cuando hacemos las dinámicas o recibir consultas y sugerencias vía email, de algún lector, me permite experimentar una gran satisfacción personal, casi incomparable.

Muchas de las personas con las cuales converso a diario, que se encuentran en la disyuntiva de elegir el camino de ser empresarios, luchan naturalmente contra sus temores, no quieren dejar su "zona de confort", no se atreven a arrojar su "vaca"... si esa la de Camilo Cruz. Todos tenemos derecho a ser felices, pero bien saben... la felicidad tiene un precio y es sinónimo de esfuerzo y perseverancia. Aquellos que siguen estirando a mano cada mañana, para esperar que las cosas caigan del cielo, pueden seguir esperando... me refiero a quienes se aferran a eslogan de publicidad como: "Baje de peso sin dejar de comer o aprenda un idioma mientras duerme". Para los que quieren lograr sus sueños aquí una sugerencia: levántense todas las mañanas pensando que ¡si es posible! ... tracen sus líneas de acción y sean firmes en sus propósitos, incluso cuando sientan que el mundo se les viene encima... es ahí cuando más deben esforzarse... las noticias positivas siempre llegan, ah!... pero recuerden que la verdadera felicidad se encuentra dentro de nosotros y se disfruta mucho más si la obtenemos sirviendo a los demás. Los dejo para que sigan soñando...

Hasta la próxima!

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