Érathis

lunes, 6 de diciembre de 2010

Nos mudamos...síganos en blog.erathis.com

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Cordialmente,

Martín Alcandré

jueves, 2 de diciembre de 2010

Quiero emprender... pero no me decido

Quién no ha soñado trabajar en una gran empresa, vistiendo un buen traje, un lindo auto, tener tu propio estacionamiento con cargo y nombre incluido, que todos se ruboricen cuando te saludan, sentarte en una oficina con una vista panorámica... en fin podría dedicar todo el artículo a repasar los sueños de muchos. Volviendo a realidad... si, a esa donde no eres el jefe, sino que dependes de su capacidad, de su buen humor, de su formación que incluye el trato por supuesto, las cosas no son tan sencillas como parecen. Recuerdo haberme preguntado más de una vez, cuando trabajaba para una empresa ¿hasta cuando voy a seguir soportando las inconsistencias de la empresa, de mi jefe?

Como toda relación, por lo general comienza con mucha ilusión, luego en la convivencia empiezas a detectar aspectos que no conocías, tratas de poner de tu parte para adaptarte a la nueva realidad, sin embargo no es suficiente. En una organización se busca alinear los comportamientos y valores personales para lograr un verdadero compromiso y para ello se requiere de líderes capaces de motivar y lograr que las personas confíen en si mismas... !menuda tarea! Ya había hecho mención al libro de Covey "El factor Confianza" sobre el impacto que tiene ésta, en los costos y la rapidez.

Como muchos que decidieron emprender, decidí hacerlo, cansado de la rutina y las injusticias que vivía día a día en la empresa, en la que estuve por espacio de cinco años. Ingresé con gran ilusión, como cuando te enamoras de alguien, luego dentro, empecé a descubrir que no era como yo pensaba (gran desilusión). Estoy seguro que muchas de las personas de éxito que admiramos, pasaron por algo similar en algún pasaje de su vida. Llega un momento en que dices hasta aquí nomás! la siguiente pregunta es ¿Y ahora que hago? luego piensas ¿Qué sé hacer?, te armas de valor y tomas la decisión de "romper las cadenas". En mi caso trabajé en una organización dedicada a la capacitación, aprendí mucho en ella, pero nunca me dieron la oportunidad de dictar una sesión, sabía que en algún momento llegaría aunque no fuera ahí claro está.

Cuando decidí dejar esa organización, como era lógico tenia temor de lanzarme a una aventura, estando casado y con dos hijos pequeños. Formé una empresa de capacitación que funcionó durante dos años y me dio la oportunidad de empezar a capacitar. Nunca olvidaré cuando en mi primera sesión, tenia al frente 80 personas con muchas expectativas sobre mi actuación, sentía que me temblaban las piernas y la voz, sin embargo respiraba fuerte y me armaba de valor para salir adelante. ¿Quien no ha sentido este temor la primera vez?

A diferencia de trabajar para otros, sentía que amaba lo que hacía, que eso era lo quería ser, un facilitador. Al tener claro esto, me propuse como estrategia aprender nuevas metodologías de aprendizaje, tenía que diferenciarme, de lo contrario, me verían como más de lo mismo. Luego de dos años, tomé la decisión de concluir con esa primera empresa y formar una nueva, con un estilo más dinámico y de mayor impacto. No niego que fue duro al principio pero a base de esfuerzo y perseverancia hemos logrado ingresar y diferenciarnos en un mercado donde cada día surge una nueva consultora.

No ha sido mi intención aburrirlos con esta parte de la historia de mi vida, pero sentía la necesidad de dar una señal, un mensaje a aquellas personas que están atravesando por la incertidumbre de este trance y no se deciden a dar el paso. Si se deciden, no duden que pasarán por este ciclo:
Alegría, entusiasmo al inicio, luego preocupación porque no ves resultados inmediatos. No hay jefes diciéndote que hay que hacer... el jefe eres tu mismo (peor aun), no hay horarios establecidos, tu familia se impacienta porque te ven cada día menos, tus amigos te dicen que estás medio loco, que mejor dejes eso y vuelvas a emplearte, noches sin dormir, porque no sabes como pagarás las cuentas y obligaciones domésticas... pero no todo es gris, también sentirás que creces, que maduras con los "golpes" que ayudas a muchas personas, que las empresas comienzan a valorar tu trabajo, no te sientes maltratado por ningún jefe incompetente, en otras palabras ganaste credibilidad y por ende confianza en ti mismo y en los demás.

Gracias a todos estos factores que he comentado, he podido viajar a capacitarme, conocer mucha gente, influir positivamente en las personas, ayudar a las empresas a lograr sus objetivos, ahora escribo en mi blog y muchas otras cosas más. Todo llega en su momento, pero ¡debes hacer que las cosas sucedan!. No quiero hablar de éxito, solo de constancia y humildad. Siempre les digo a los participantes en mis talleres que no dejen de soñar y que se esfuercen día a día para alcanzarlos... si no estás dispuesto a asumir el rigor de emprender un empresa, sugiero que lo pienses bien, pero si realmente quieres dejar huella en este mundo, te lo recomiendo... y me encantaría decirte ¡bienvenido a esta aventura!

Hasta la próxima!


martes, 23 de noviembre de 2010

El valor de la confianza

Siempre he sabido que la confianza tiene un valor incalculable y seguro que todos opinamos lo mismo, sin embargo tras leer el libro de Stephen M. R. Covey, me puse a pensar con mayor detalle si realmente se puede valorar en su real dimensión.

Recuerda usted por ejemplo ¿Cuánto cambió la vida en los aeropuertos, después del atentado del 11 de setiembre? se lo voy a recordar... Antes necesitábamos media hora para poder hacer el chek-in y abordar en vuelos nacionales y 1 hora para vuelos internacionales. Ahora se requieren 2 y 3 horas respectivamente, ¿Qué pasó? resulta que la desconfianza generó que tengan que revisarte de pies a cabeza (solo falta que te hagan una resonancia magnética), hay una lista de artículos prohibidos, pasas por detectores de metales, te quitan los zapatos, existe más personal de seguridad, etc, etc. En su libro el factor de confianza Covey explica como a mayor confianza, existe mayor rapidez y se genera menor costo y a menor confianza, menor rapidez y mayor costo... haga la prueba y analice cualquier situación y dígame si no es cierto.

¿Se puede confiar en una persona que desconfía de sí misma? de plano que no. Según Covey, existen dos factores claves para confiar en una persona: el carácter y la competencia y lo explicaremos más adelante. La confianza personal tiene que ver con la credibilidad, con el desarrollo de la integridad, la resolución, las capacidades y los resultados. Plantea dos preguntas fundamentales: ¿ Confío en mí mismo? y ¿Soy una persona en la que los demás pueden confiar? Pongamos un ejemplo. Supongamos que me propongo levantarme más temprano porque estoy llegando tarde a las reuniones con mis clientes, entonces decido programar el despertador 15 minutos antes de lo acostumbrado... hasta ahí todo muy bien. Pero que pasa si cuando suena no le hago caso y sigo levantándome a la misma hora una y otra vez... acaso ¿no genera este hecho desconfianza en uno mismo? ¿no me sigo engañando a mi mismo? Bien lo dice Jack Welch, de General Electric "Lograr que los demás confíen en sí mismos constituye una parte muy importante del liderazgo". Personalmente, esta es la definición que describe mejor esta competencia, algo escasa en muchas organizaciones, por cierto .

Volviendo a los dos factores claves, antes mencionados, es verdad que para confiar en una persona lo primero que evaluamos es su integridad (hacer lo que dices) esto es un gran paso, no obstante, puede resultar insuficiente, para delegarle una responsabilidad, si no cuenta con la competencia que se requiere. Para simplificarlo... si usted confía mucho en una amigo de toda la vida, no dudo que podría prestarle su auto recién comprado, pero si él no sabe conducir (no tiene la habilidad) difícilmente lo haría, a pesar de lo integro que pudiera ser. Covey señala que existen cuatro focos de credibilidad: 1)Integridad, 2) intenciones, ambos ligados al caracter y 3) capacidades y 4) resultados, vinculados a la competencia.

El tema es muy amplio y prometo desarrollarlo en un próximo artículo, lo que pretendo es que reflexionemos sobre éste valor, en el contexto que deseen. Piense en el impacto que podría tener en los resultados de una empresa si lo tenemos en cuenta, en la relación de una pareja, con un amigo. No olvidemos que todo empieza con uno mismo y lo que proyectemos para lograr una buena relación, en el plano laboral las empresas que prevalecen en el mercado son aquellas que han logrado consolidar una imagen basada en la confianza (por el comportamiento de sus líderes, por sus resultados). Difícil olvidar lo contrario, cuando nos referimos a Enron Corporation por ejemplo.

Vivimos obsesionados por conseguir resultados. Sin embargo, el precio que se paga puede ser muy alto. Muchas veces es preferible sacrificar el triunfo de hoy por la integridad y la credibilidad. Eso sucedió con el tenista Andy Roddick cuando perdió un encuentro al reconocer que la bola que lanzó su rival, el español Fernando Verdasco había ingresado dentro del campo y no fuera como la cobró el juez. Roddick insistió con el juez y fue aceptada aunque finalmente le costara el encuentro. Sin duda que un hecho como ese dice mucho de este deportista y dudo mucho que su credibilidad será puesta en tela de juicio, después de un acto como ese.

Cierro con una frase de Warren Buffett, director general de Bekshire Hathaway, "Busco tres cosas a la hora de contratar a una persona. La primera es la integridad, la segunda es la inteligencia y la tercera un gran nivel de energía. Pero si no tienes la primera las otras dos acaban matándote"

Ah!... me olvidaba darle las gracias por la confianza... al leer este artículo.

Hasta la próxima!


lunes, 15 de noviembre de 2010

La libertad en los Jóvenes

Estaba preparando el contenido de una charla que debo realizar para el salón de clases donde estudia mi hijo mayor, el tema es "La libertad y la sana diversión". Una de las características de ser facilitador consiste en traducir todo el conocimiento posible, en darle una aplicación práctica de manera casi inmediata a los participantes. No se trata de imponerles lo que yo pienso, sino que ellos descubran, con mi ayuda ¿donde se encuentran? ¿Qué forma de vida han elegido para llegar a donde se proponen?

Hablando del tema de la libertad, un concepto muy manoseado y tergiversado en esta época, considero de vital importancia que los jóvenes tomen consciencia de este preciado don que tenemos los seres humanos. Seguro habrán escuchado hablar de la historia del árbol de bambú chino, que tiene la particular característica, de ser el árbol más alto del planeta, eso no tendría nada de extraordinario, si dejamos de lado que luego de sembrar una semilla, se deben esperar siete años, para que empiece a crecer. Al término del séptimo año y durante un mes el bambú chino puede crecer hasta 32 metros de altura. La pregunta es ¿el bambú creció en un mes o en siete años? La respuesta es que durante siete años fueron creciendo sus raíces, de tal forma que pueda soportar semejante altura. A diferencia del roble, el bambú tiene la capacidad de crecer aun a pesar de que se le corte el tallo. En el caso del roble, si se le corta el tallo, simplemente deja de crecer.

Si llevamos esta historia extraordinaria a nuestras vidas, ocurre que existe en los jóvenes una presión por crecer, por conocerlo todo, por experimentar sin tener en cuenta tiempo y lugar. El problema está en que si crecen sin tener buenas raíces (formación) no resistirán el menor "soplo" y terminarán cayendo una y otra vez.

La libertad no significa hacer lo que quiero sino lo que debo. Existe diferencia entre elegir un vida buena y una buena vida. La primera exige un buen uso de mi libertad, la otra está más ligada a la falta de autocontrol y terminar como un barco a la deriva. Como padres debemos esforzarnos ayudar a nuestros hijos a que tengan raíces fuertes y ello implica darle nuestro tiempo para formarlos en valores. Solo de está forma podemos tener la esperanza de que puedan soportar cualquier "tempestad" que se presente. Necesitamos ejercer el rol de líderes con nuestros hijos y ayudarlos a generar en ellos autoconfianza.

Todos hemos sido jóvenes y hemos cometido errores por querer correr sin haber caminando antes, es parte del aprendizaje de la vida. Ahora como padres queremos evitarles a nuestros hijos que cometan los mismos errores o asuman otros. Lamentablemente los consejos de los padres no siempre gozan de credibilidad y menos cuando suenan a "sermón del día." Los jóvenes de hoy quieren sentirse "libres" yo diría "independientes". No es raro ver la escena del hijo que vuelve avergonzado por no haber escuchado en su momento algún consejo que le pudo haber evitado un gran dolor de cabeza o más grave aun si se lo causó a otra persona.

Bueno... he compartido algo de lo que hablaré a esos jóvenes que me mirarán seguro algo escépticos al inicio, seguro dirán "ya vino ese tío a darnos otro sermón más". Lo que no saben es que el aprendizaje que les voy a proponer lo van a construir ellos mismos, usando todos los recursos que exigen los procesos de hoy en día... Tal vez me animo y les escribo que pasó luego.

Hasta la próxima!

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El servicio al cliente... visto desde un Café!

Me encuentro sentado en una de las mesas de un Starbucks Coffee, haciendo tiempo para acudir a una reunión de negocios. Es asombroso como ha cambiado la vida, el ritmo acelerado que llevamos, nos ha obligado a reemplazar muchas creencias y hábitos a los que estábamos acostumbrados. Hace algunos años era impensable estar atendiendo asuntos de la empresa en un café y menos escribir un artículo para lanzarlo en ese mismo instante.

Observo a mi alrededor una mezcla de generaciones. Por un lado dos chicas de unos 20 años conversando, una de ellas, hablando muy fuerte por celular, preocupada por la entrevista de trabajo que acaba de tener. Del otro lado un grupo de jóvenes, todos luciendo sus Mac book, viendo temas de diseño y reunidos en torno a una mesa (café incluido), como si fuera el directorio de una empresa. Al frente mío, una pareja de jóvenes, con rasgos orientales hablando en japonés me parece. Cerca también dos señoras que pasan los 60 años, tomándose un café listas para salir del local. También hay señores con perfil de ejecutivos que entran y salen con un café en la mano. Reconozco alguno de ellos, no es la primera vez que los veo por acá. Cuanta diversidad... estoy casi seguro que usted se han podido imaginar la escena o le he recordado alguna experiencia similar.

Hago esta descripción, pesando en la diversidad de clientes que tiene este café. No voy a redundar en los logros que ha alcanzado esta marca. Tal vez una de las claves de su éxito, es conocer a sus clientes, sin hacer distingo de edades, sexo y creencias. Las personas que atienden son jóvenes, probablemente universitarios, quienes no dejan de sonreír y llamarte por tu nombre. Me siento cómodo escribiendo desde acá, tengo música de fondo agradable, agua para beber, en suma me siento bien. Pensaba ¿No es esto acaso lo que desea un cliente cuando toma los servicios de una empresa? sentirse bien, reconocido, con ganas de regresar en cualquier momento y a cualquier hora. La pregunta es ¿Cuánto pesa en la calidad del servicio, ver a través de los ojos de tu cliente? la respuesta es obvia, mucho. Es triste ver como las empresas que no están orientadas al cliente pierden oportunidades, por no preocuparse en conocerlos mejor y caen en la soberbia de querer saberlo todo.

Si revisamos los momentos de verdad, es decir los puntos de contacto que tuve hoy con la empresa, durante un ciclo de servicio, diría que fueron muy buenos:
  • Estacionamiento para mi auto
  • Una persona de Valet Parking atendiéndome
  • Las personas que tomaron el pedido, fueron amables
  • El café estuvo bien
  • El servicio Wi Fi estuvo muy bueno.
  • Los servicios higiénicos, impecables
  • La música apropiada
...En suma una grata experiencia!

Cada día que pasa, no dejo de pensar en las necesidades de mis cliente, en los cambios de expectativas que pueden suceder de un día a otro. Atrás quedaron los días en que la norma nos daba cierta tranquilidad y pasividad a la vez, hoy la norma es el cambio constante, que te obliga a ser más creativo e innovador y no conformarte con el "éxito". para manejar los cambios, debemos estar en un permanente estado de urgencia, como señala Kotter, no podemos bajar los brazos y caer en la autocomplacencia, menos si hay en frente un cliente que tiene alternativas de sobra en el mercado para satisfacer sus necesidades.

Bueno, es hora de dejar este café y seguir haciendo realidad mi visión. Estoy seguro que regresaré en cualquier momento y me provocará seguir comentando las bondades de un buen servicio. No dudo que cuando beba nuevamente un sorbo de café, será inevitable recordar (anclar) esta agradable experiencia... de eso se trata finalmente.

Hasta la próxima!

viernes, 5 de noviembre de 2010

Cambiar los comportamientos... el gran reto de la capacitación

Una de las grandes incógnitas que tienen las empresas, al momento de decidir tomar un programa de capacitación de desarrollo de habilidades, es si éste podrá realmente cambiar el comportamiento de las personas que participan en él. Llevo en el mundo de la capacitación poco más de 12 años y a pesar de lo mucho que han evolucionado las metodologías de aprendizaje, sigo pensando que si no se convence a la "cabeza" de la empresa sobre la necesidad de cambiar algunos comportamientos, empezando por él, lo digo con todo respeto, es mejor que se ahorre el dinero y la "fatiga".

Son contadas las organizaciones que ven la capacitación como un proceso de cambio de comportamientos a largo plazo. En muchos casos, buscan a consultoras que les faciliten las "recetas médicas" para curar al "enfermo". Si nos referimos al típico caso de la relación entre el paciente y el médico, sería algo así como: "Tengo una molestia en la espalda, pero no encuentro el momento para ir al médico (o sea, no quiero ir al médico)... luego de tanta insistencia de la familia (usualmente la esposa)... decide visitarlo. No obstante, lo único que desea en el fondo, es conseguir esa receta, comprar el medicamento y si es posible, no volver a ver al doctor en mucho tiempo. Siguiendo la misma línea, en el escenario empresarial el gerente dice: "tenemos un problema en el clima laboral", el área de recursos humanos sugiere acudir a una consultora para mejorar el clima a través de la capacitación. El gerente no muy convencido, le dice que busquen alguna empresa (que no cobre mucho) para que se haga un taller y con eso debería bastar para se corrija dicho problema... si después del taller no se ven mejoras, entonces el gerente diría algo como esto: "Hemos gastado dinero y ya vez... no hay ningún cambio", no me pidan más capacitación!

Cuando las empresas ven la capacitación de esta forma, el concepto de inversión pierde su valor y toma fuerza el concepto que la capacitación es un gasto. Cambiar comportamientos en las personas no es como sacar y poner el chip al computador o al celular, es un proceso de pasar de un estado a otro ideal y eso requiere de tiempo. Volvamos al caso de la relacion médico - paciente ¿Que sucede cuando una persona se automedica y se trata de curar de esa manera? Lo que puede ocurrir es que termine ingresando por la emergencia de la clínica, luego de un sin fin de pruebas, tendrá que ser internado, etc, etc... El costo de este descuido suele ser muy elevado... para ponerlo en términos médicos, traumático. De igual forma una organización que que capacita con el objetivo de justificar su presupuesto, termina pagando un alto precio.

No se puede negar que existen muchas empresas que cuentan con un equipo de recursos humanos, conformado, además del gerente, por especialistas en selección, inducción, evaluación de desempeño y formación, eso merece una felicitación!. la otra cara de la moneda la representan aquellas empresas que a pesar de su crecimiento económico, siguen teniendo un departamento de personal, con una persona que además de ver planilla y otras prestaciones, se encuentra provisto de extintores y mangueras, para "apagar los incendios" que se generan en el día a día.

La responsabilidad de gestionar a las personas no puede manejarse de esta forma. Las empresas deben tomar conciencia que no será posible que los trabajadores hagan suya la visión, sino existe un adecuado proceso de gestión de competencias. No se le puede exigir a un empleado que sea creativo y trabaje en equipo, si nunca fue capacitado en desarrollo de habilidades. Hace poco me comentaba un participante que un gerente amenazó a un colaborador con enviarlo a capacitar, porque estaba trabajando mal... como si se tratara de ir a la cámara de torturas, por portarse mal!... !Como para no creerlo!

Puedo confesar, que amo mi trabajo de facilitador, tengo clara cual es mi misión: ayudar a las personas a ser mejores, ayudar a las empresas a crecer. Cada vez que preparo una sesión de capacitación trato de dar lo mejor, pensando en las personas y sus expectativas. No siempre todo es color de rosa y eso ocurre en las "mejores familias". Por lo general, son muchos los participantes que acuden a un taller, por obligación más que por convicción... hay excepciones por supuesto. Cuando viajo al interior de país, en muchos casos me toca facilitar un fin de semana y ello inevitablemente genera malestar en los participantes, ya que estoy invadiendo sus días de descanso, en otras palabras me toca a bailar con la más fea". Por suerte la metodología experiencial que empleamos nos permite "capear el temporal" en este tipo de situaciones y siempre logramos terminar la historia con un final feliz.

Cualquier planteamiento de cambio implica la transición de una situación actual a una situación deseada. Según Santiago Lazzati, el comportamiento depende de las competencias de la persona y su motivación específica en determinada circunstancia, a su vez estos factores dependen de ciertas características particulares (inteligencia, personalidad) y según las necesidades del momento que tenga que afrontar. Todos estos elementos tienen la influencia del contexto. En el caso específico de las personas que reciben capacitación, será determinante que al regreso a la oficina, encuentren las condiciones adecuadas; es decir, apoyo y la confianza del jefe, para aplicar lo aprendido, dejando de lado el escepticismo y la creencia que la capacitación es solo más de lo mismo.

Las empresas del futuro, segun john Kotter se caracterizarán por:
  • Un persistente y duradero sentido de urgencia
  • La alta gerencia trabajará en equipo
  • Los líderes reemplazarán a los gerentes
  • Fuerza laboral comprometida
  • Mayor delegación
  • Una estructura más sencilla
  • Voluntad de adaptación e interés por aprender nuevas habilidades
  • Líderes comprometidos con una vida de aprendizaje
No cabe duda que la capacitación cumple y seguirá cumpliendo un rol esencial en el desarrollo empresarial. Las empresas serán inteligentes en la medida que inviertan en el desarrollo de su gente, en que se gestione adecuadamente ese conocimiento y no como se pudiera pensar erróneamente, que deban ese nombre a su correlación con la tecnología.

Hasta la próxima!

viernes, 22 de octubre de 2010

Las Paradojas de la Vida

Me encuentro atravesando uno de los momentos más difíciles... Mi madre se debate entre la vida y la muerte. Esta vez no voy a hablar de mis avatares en el campo empresarial ni de las teorías más importante del management, se trata de una situación real, por la que muchos han pasado o inevitablemente tendrán que atravesar en el algún momento de sus vidas.

He leído y escuchado mucho acerca de lo que significa la muerte. Me gusta la definición que hace la Dra. Elizabeth Kubler Ross en su libro "la muerte un amanecer" cuando expresa que esta experiencia es casi idéntica a la del nacimiento. No puedo negar que me ha ayudado mucho mirar este acontecimiento desde una perspectiva positiva, sin embargo es inevitable sentir el dolor de ver que una persona que amas está a punto de partir a una vida mejor, ya lo viví hace seis años con mi padre.

Me he atrevido a escribir algo tan personal no con la finalidad de que me compadezcan sino de dejar en evidencia un aspecto que estoy seguro también compartirán. Se trata del trance que uno vive cuando ingresas a un hospital o clínica. Parecieran que las personas que ahí trabajan depositaran su corazón en una gaveta al momento de ingresar y lo recogieran al salir, algo así como lo que hacen en algunas empresas para que los empleados no hablen por celular cuando trabajan.

En esta situación crítica por la que mi madre atraviesa, pude experimentar el significado de la indiferencia, tanto en los hospitales públicos como en los privados. En los primeros, los pacientes que ingresan por emergencia, pierden el nombre y su condición de seres humanos y pasan a ser tratados como si fueran paquetes con códigos de barras, con fecha de vencimiento. Me pregunto si las autoridades se atreverían a vivir esta experiencia, como pacientes, para hablar con mayor conocimiento de causa... ¡se lo recomiendo!

En esta difícil experiencia, tuvimos que pasar a mi madre a un clínica... la sacamos "casi al hombro" por el impacto negativo emocional que recibió durante dos noches en el hospital. La ingresamos a una clínica local, de impresionante infraestructura (ganas no me faltan de decir el nombre) coincidió con un día feriado, por la noche. Nos recibieron amablemente con una sonrisa. Esta actitud fue cambiando cuando pasamos al Dpto. de administración... al momento en que exigen el pago de una garantía para poder atender al paciente, nos advirtieron que si no teníamos el dinero en ese momento, tendríamos que volver, con mi madre claro, por donde vinimos, ello implicaba volver al "infierno" de donde la sacamos. Con total frialdad los médicos y personal administrativo nos dieron una hora como máximo para conseguir esa cantidad importante... finalmente se arregló y cubrimos el depósito con la tarjeta de crédito "salvadora". No voy a seguir dando más detalles posteriores, que fueron muchos, para no perder objetividad y la ecuanimidad. Como conclusión y aprendizaje, puedo decir que tanto en los hospitales como en las clínicas (no todos por supuesto) reina la indiferencia, la insensibilidad, unos con la burocracia a cuestas y los otros con "cuello y corbata" que afilan los dientes cuando se pone en riesgo sus ingresos económicos.

Estoy de acuerdo que uno paga más por recibir un buen servicio y que uno sabe hasta donde puede llegar, lo que no comparto es que algunos médicos solo se motiven cuando ven la cola de pacientes que van a atender, como si fueran cajas registradoras de supermercado o aquellos que solo piensan en lo que aprenden por cada "nuevo tumor" que tienen al frente. Estoy seguro que existen profesionales que se formaron con ética y valores, pensando que tratan con seres humanos y entienden la responsabilidad que ello implica.

En momentos como estos me queda la esperanza que las personas que tienen vivos a sus padres, le den lo mejor en vida, no esperen el velorio para querer demostrar lo que no dieron antes, no se trata de dinero, se trata de darle amor, si!... eso es lo que necesitan las personas y más aun cuando viven sus últimos días. Tarde o temprano la vida te pone del otro lado... los médicos algún día se convierten en pacientes, los hijos pasan a ser padres, abuelos, etc. Espero que no se tarde para ponerlo en práctica.