Érathis

jueves, 2 de diciembre de 2010

Quiero emprender... pero no me decido

Quién no ha soñado trabajar en una gran empresa, vistiendo un buen traje, un lindo auto, tener tu propio estacionamiento con cargo y nombre incluido, que todos se ruboricen cuando te saludan, sentarte en una oficina con una vista panorámica... en fin podría dedicar todo el artículo a repasar los sueños de muchos. Volviendo a realidad... si, a esa donde no eres el jefe, sino que dependes de su capacidad, de su buen humor, de su formación que incluye el trato por supuesto, las cosas no son tan sencillas como parecen. Recuerdo haberme preguntado más de una vez, cuando trabajaba para una empresa ¿hasta cuando voy a seguir soportando las inconsistencias de la empresa, de mi jefe?

Como toda relación, por lo general comienza con mucha ilusión, luego en la convivencia empiezas a detectar aspectos que no conocías, tratas de poner de tu parte para adaptarte a la nueva realidad, sin embargo no es suficiente. En una organización se busca alinear los comportamientos y valores personales para lograr un verdadero compromiso y para ello se requiere de líderes capaces de motivar y lograr que las personas confíen en si mismas... !menuda tarea! Ya había hecho mención al libro de Covey "El factor Confianza" sobre el impacto que tiene ésta, en los costos y la rapidez.

Como muchos que decidieron emprender, decidí hacerlo, cansado de la rutina y las injusticias que vivía día a día en la empresa, en la que estuve por espacio de cinco años. Ingresé con gran ilusión, como cuando te enamoras de alguien, luego dentro, empecé a descubrir que no era como yo pensaba (gran desilusión). Estoy seguro que muchas de las personas de éxito que admiramos, pasaron por algo similar en algún pasaje de su vida. Llega un momento en que dices hasta aquí nomás! la siguiente pregunta es ¿Y ahora que hago? luego piensas ¿Qué sé hacer?, te armas de valor y tomas la decisión de "romper las cadenas". En mi caso trabajé en una organización dedicada a la capacitación, aprendí mucho en ella, pero nunca me dieron la oportunidad de dictar una sesión, sabía que en algún momento llegaría aunque no fuera ahí claro está.

Cuando decidí dejar esa organización, como era lógico tenia temor de lanzarme a una aventura, estando casado y con dos hijos pequeños. Formé una empresa de capacitación que funcionó durante dos años y me dio la oportunidad de empezar a capacitar. Nunca olvidaré cuando en mi primera sesión, tenia al frente 80 personas con muchas expectativas sobre mi actuación, sentía que me temblaban las piernas y la voz, sin embargo respiraba fuerte y me armaba de valor para salir adelante. ¿Quien no ha sentido este temor la primera vez?

A diferencia de trabajar para otros, sentía que amaba lo que hacía, que eso era lo quería ser, un facilitador. Al tener claro esto, me propuse como estrategia aprender nuevas metodologías de aprendizaje, tenía que diferenciarme, de lo contrario, me verían como más de lo mismo. Luego de dos años, tomé la decisión de concluir con esa primera empresa y formar una nueva, con un estilo más dinámico y de mayor impacto. No niego que fue duro al principio pero a base de esfuerzo y perseverancia hemos logrado ingresar y diferenciarnos en un mercado donde cada día surge una nueva consultora.

No ha sido mi intención aburrirlos con esta parte de la historia de mi vida, pero sentía la necesidad de dar una señal, un mensaje a aquellas personas que están atravesando por la incertidumbre de este trance y no se deciden a dar el paso. Si se deciden, no duden que pasarán por este ciclo:
Alegría, entusiasmo al inicio, luego preocupación porque no ves resultados inmediatos. No hay jefes diciéndote que hay que hacer... el jefe eres tu mismo (peor aun), no hay horarios establecidos, tu familia se impacienta porque te ven cada día menos, tus amigos te dicen que estás medio loco, que mejor dejes eso y vuelvas a emplearte, noches sin dormir, porque no sabes como pagarás las cuentas y obligaciones domésticas... pero no todo es gris, también sentirás que creces, que maduras con los "golpes" que ayudas a muchas personas, que las empresas comienzan a valorar tu trabajo, no te sientes maltratado por ningún jefe incompetente, en otras palabras ganaste credibilidad y por ende confianza en ti mismo y en los demás.

Gracias a todos estos factores que he comentado, he podido viajar a capacitarme, conocer mucha gente, influir positivamente en las personas, ayudar a las empresas a lograr sus objetivos, ahora escribo en mi blog y muchas otras cosas más. Todo llega en su momento, pero ¡debes hacer que las cosas sucedan!. No quiero hablar de éxito, solo de constancia y humildad. Siempre les digo a los participantes en mis talleres que no dejen de soñar y que se esfuercen día a día para alcanzarlos... si no estás dispuesto a asumir el rigor de emprender un empresa, sugiero que lo pienses bien, pero si realmente quieres dejar huella en este mundo, te lo recomiendo... y me encantaría decirte ¡bienvenido a esta aventura!

Hasta la próxima!


No hay comentarios:

Publicar un comentario