Érathis

miércoles, 30 de junio de 2010

Los Jóvenes en las empresa (I)

En estos tiempos de cambios, quienes ya cruzamos la barrera de los cuarenta años, hemos sido testigos de los cambios generacionales y su impacto en las empresas. Recuerdo cuando tenía 21 años y empecé a trabajar en una organización con más de 500 personas; a esa edad no tenía mucha conciencia de lo que quería lograr en la vida, como les pasa a muchos jóvenes hoy en día.
La competitividad del mercado obligó a la mayoría de organizaciones a requerir perfiles diferentes, se dio cabida a la juventud, energía y deseos de los jóvenes que a temprana edad asumieron responsabilidades que estuvieron por mucho tiempo en manos de gente con experiencia y sabiduría. Frases de epílogo como “Y ahora que!…no es posible que me jubilen a los cuarenta” han sido más de una vez temas de conversación en algún café miraflorino.
En uno de mis viajes, por motivo de trabajo, encontré un libro cuyo título me llamo la atención, “Los hijos Tiranos llegan a las empresas” escrito por los doctores Jesús Amaya Guerra y Evelyn Prado. Pensé que era uno de esos libros de autoayuda que se encuentran en los autoservicios, sin embargo cuando empecé a leerlo durante un vuelo de avión me hizo pensar realmente cuanto ha cambiado el mundo y sus protagonistas. El libro hace una descripción muy acertada de las distintas generaciones y en especial a la que denominan generación Milenio (personas nacidas entre 1986 y 2005) o también conocidos como hijos tiranos de padres obedientes. Precisamente estos niños, hijos desafiantes, desobedientes, prepotentes y carentes de carácter, como ellos le llaman, han suscitado una enorme preocupación en los padres y colegios que han planteado interrogantes de ¿Cómo reciben las empresas a estos adolescentes mimados?
Para entender a esta generación de jóvenes es necesario hacer una breve descripción de cada una de las generaciones que le anteceden. Los autores describen primero a la generación de nuestros abuelos (nacidos entre 1925-1950) como una generación silenciosa que tuvo que convivir ente periodos de guerra, donde la seguridad era lo más importante, lo que les llevó a orientar su vida a la estabilidad. Características como la tolerancia para aceptar las condiciones en las que crecieron, disciplina y obediencia para acatar en silencio las órdenes. Empleados fieles capaces de trabajar en una misma empresa hasta su jubilación, muy pegados a sus tradiciones y sus rituales.
Por su parte, señalan a la generación Boomers (nacidos entre los 50 y 70s) como personas que crecieron en un ambiente socialmente estable y en tiempos positivos. En un período en que la economía mundial creció y generó puestos de trabajo para la mayoría. Se trata de una generación que se caracterizaba por cuestionar a la autoridad. Surgen los movimientos Hippies como rechazo a los valores culturales de esa época. Se sienten libres y capaces de transformar el mundo, empiezan las primeras señales de trabajo en grupos en los colegios. La mujer comienza a tener un rol más protagónico en los diversos escenarios y una característica marcada en esta generación era su adicción al trabajo. “Vivían para trabajar”
La generación X (1971-1985) sufrió los cambios sociales que marcaron la década de los años 60s. Crecieron en hogares donde los roles de los padres era aceptados. Mientras la generación Boomers (la mía) llegaba del colegio y encontraba a la mamá para recibirlos y darles de comer, los chicos de la generación X regresaban a casa y por lo general no ubicaban a ninguno de los padres. Muchos de ellos crecieron en compañía de un adulto, probablemente un pariente, la nana o empleada del hogar. A partir de los 70s se incrementó el número de familias disfuncionales (divorcios y separaciones), empiezan a identificarse madres solteras, madres profesionales que trabajaban todo el día, ausentándose de la casa. En resumen esta generación desarrolló su personalidad sin la guía de modelos adultos.
LA GENERACIÓN MILENIO (1986 – 2005)
Se caracteriza por ser una de las más protegidas y cuidadas por parte de la familia, es curioso ver aspectos como el uso de casco, cinturón de seguridad, asientos porta bebés, tomar agua embotellada o el uso de protectores para enchufes, se han convertido en elementos imprescindibles en la actualidad. El libro menciona que esta generación creció con sentimiento de enojo contra sus padres. Los critican por permanecer tanto tiempo fuera por causa del trabajo. Se menciona que muchos padres tratan de compensar esa ausencia concediendo permisos y privilegios con poca disciplina y límites. Existen muchos casos en que los padres sienten la obligación de mantener económicamente a sus hijos a pesar que ya son adultos. Esto produce consecuencias como pobres habilidades y actitudes en el aspecto emocional y del carácter , negación del sacrificio y el trabajo para el logro de metas y una invitación a la depresión, ansiedad, adicciones, soledad e incluso casos extremos de suicidio.
He querido tocar este tema, porque considero que una de las mayores preocupaciones que tenemos los padres, es saber qué pasará con nuestros hijos cuando ingresen a una empresa. Y es que no basta con saber que tuvieron buenas notas en el colegio y la universidad. El proceso de madurez es cada vez más largo; se dice que el período de la adolescencia se ha extendido hasta los 32 años en promedio. Los problemas de comunicación entre padres e hijos se trasladan con facilidad a las empresas y son motivo de una mala relación con el jefe y compañeros. El exceso de competitividad que se respira en el ambiente crea en muchos, dificultades para trabajar en equipo por ejemplo, y a desarrollar valores que la empresa necesita.
En el próximo boletín continuaremos con la segunda parte; haremos una descripción muy interesante de los comportamientos de la generación milenio y su impacto en la empresa. Hablaremos de sus habilidades para el uso de la tecnología que algunas veces nos hacen sentir “fuera de onda”. Hasta la próxima.

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